Este mes, se celebró el octavo aniversario de la Certificación de Área Voluntaria de Arcos de la Cascada, que ayuda a la preservación de especies endémicas en riesgo de extinción, y de vestigios históricos que rememoran pasajes históricos de los comienzos de la ciudad de la cantera rosa.
El titular de la Secretaría de Medio Ambiente (SECMA), Alejandro Méndez López, destacó que esta es una de las áreas que forman parte del Sistema Estatal de Áreas para la Conservación del Patrimonio Natural de Michoacán que ofrecen una gran variedad de servicios ambientales, ayudan a regular la temperatura y son refugio para muchas aves.
Esta pequeña área, que cuenta con un acueducto que data de 1850, el cual ha sido dictaminado por el INAH como monumento histórico y presume también una cascada de aproximadamente 25 metros de altura, se localiza en un total de 4.6 hectáreas en el municipio de Morelia, a un costado de la antigua carretera a Pátzcuaro, entre el cruce de la Avenida San José del Cerrito y Camelinas.
Su papel en el manejo y conservación de la flora y fauna se hace patente al observar los ejemplares de parotilla o palo blanco (Albizia occidentalis Brandegee), palma o cícada (Dioon edule Lindl), y sirimo o cirimo (Tilia americana var. mexicana), las cuales se encuentran en peligro de extinción, clasificadas en la NOM-059-SEMARNAT-2010; es refugio para aves de casi 100 especies diferentes, entre ellas el Gavilán de Cooper (Accipiter cooperii).
Esta es una reserva ecológica con un manejo ambiental en el que se involucran varias personas a través de un comité, conócela.