José Cruz Delgado
Mientras que el gobernador morenista de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla sigue prometiendo el paraíso, la Tierra Caliente se ha convertido en un infierno, en una zona de guerra entre grupos delincuenciales, lo peor es que la población está atrapada en medio de esa cruel disputa que les impide realizar sus actividades con normalidad por miedo a ser blanco de minas terrestres o de drones cargados con explosivos.
Esta guerra sin cuartel ha orillado a las familias a huir de ese infierno, pero lo peor del asunto es que a Ramírez Bedolla, al secretario de gobierno, Carlos Torres Piña y al titular de seguridad pública, Juan Carlos Oseguera les vale madre, tanto el gobernador como ellos deben ser llamados a cuentas por legisladores al Congreso del Estado, por omisión y presuntos nexos de la administración estatal con el crimen organizado.
Sin embargo, los diputados se han convertido en sus cómplices, al menos los morenistas y aliados que cuentan con mayoría calificada, así que difícilmente podrán ser enjuiciados mientras que la sociedad civil sufre las consecuencias por esta omisión.
SE BURLAN DE RAMÍREZ BEDOLLA
Aunque no lo crea, el crimen organizado se mofa del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, y es que en esta columna he dicho que de nada servirá el cuartel de seguridad y complejo comercial edificado en las instalaciones del tianguis limonero de Apatzingán, pues los delincuentes no van a ir a pasarles la charola para el pago de la extorsión, no a los productores los mandan llamar a lugares determinados porque cuentan con una lista de sus víctimas.
El secretario de gobierno Carlos Torres Piña, lanza las campanas al vuelo y trata de engañarnos con la creación de dicho cuartel, pues dice la gente que es para taparle el ojo al macho y porque las mismas autoridades están comunidad con los delincuentes y las extorsiones van a continuar sin cuartel o con cuartel.
MINAS TERRESTRES COBRAN LA VIDA DE VÍCTIMAS INOCENTES
Y mientras el gobernador y sus lacayos se hacen como “EL TÍO LOLO”, las minas terrestres siguen cobrando vidas inocentes en la zona de guerra de Tierra Caliente, no, no es Ucrania, es Michoacán donde la ciencia ficción rebasa la realidad. Hace unas horas un ciudadano perdió la vida cuando iba a supervisar su huerta. Lamentablemente, en su trayecto activó una mina sembrada en un camino, estallando junto con su vehículo.
Según la página “Apatzingán Somos Todos 911 situaciones de riesgo”, el lunes iba a visitar su parcela en la comunidad Las Bateas, localidad donde un día antes, una camioneta blindada estalló por un artefacto explosivo sembrado en un camino, se desplegó un operativo policiaco que hizo que el agricultor confiara en regresar a esa localidad y supervisar su huerta, la cual estaba abandonada por la violencia.
Para su mala fortuna, la camioneta en la que viajaba activó una mina y estalló haciéndola volar por los aires y terminó calcinada y él, lamentablemente perdió la vida.
Y es que esa región se ha vuelto desde hace mucho un campo de batalla es la Tierra Caliente donde la lucha de dos grandes agrupaciones de delincuentes por el control de la región, ha dejado lunes una jornada más de violencia con tres hombres asesinados, tres detenidos, la explosión de una mina y un arsenal asegurado, de acuerdo con 90 grados.
Pero hay otro caso, pues otra camioneta en la que iban dos personas activó una mina explosiva, se incendió y sus tripulantes murieron calcinados.
La situación es tan grave que los maestros ya no quieren ir a dar clases al área rural por temor a perder la vida a causa de minas terrestres.