Orlando Daniel Hernández
Michoacán registra una década del surgimiento de los grupos de resistencia civil aglutinados en los llamados Autodefensas, que nacieron en Tierra Caliente para combatir al crimen organizado.
En un principio estos grupos con rasgos paramilitares enfrentaron al dominante grupo delictivo “Los Caballeros Templarios” que se apoderaron de las estructuras gubernamentales, generando temor y miedo entre la sociedad, ante los cobros de piso y ejecuciones.
Este movimiento que llevó a la detención de líderes delictivos como Dionisio Loya Plancarte Alias El Tio, Servando Martinez Alias La Tuta y la muerte de Nazario Moreno Alias El Charo, quien incluso se proclamó santo, entre otros., dio paso a la conformación en su momento de grupos en 32 pueblos de Apatzingán, Tepalcatepec, Coalcomán, Aquila, Coahuayana, Buenavista y Parácuaro.
Entre los otroras líderes que surgieron de este movimiento prevalecen Hipólito Mora Chávez, Estanislao Beltrán Papá Pitufo, en tanto que víctima de diversos padecimientos murió José Manuel Mireles Valverde.
Fue en Tepalcatepec en donde surgió este movimiento ante desapariciones, extorsiones, secuestros, violaciones y despojos por parte de Los Templarios.
Los civiles armados no pueden existir, van contra la ley, han señalado los gobiernos de Michoacán encabezados por Silvano Aureoles Conejo y Alfredo Ramírez Bedolla.
Con una escalada de violencia, inseguridad y falta de orden en los polígonos donde nacieron los Autodefensas, la violencia se mantiene exacerbada y que ha llevado que tan solo en el 2022 el estado registrará 2 mil 423 homicidios dolosos.