PODER PÚBLICO
José Cruz Delgado
*El congreso se convierte en el Santo Oficio para perseguir opositores.
Definitivamente la perversidad del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla no tiene límites, pues en un acto de venganza política le soltó los demonios parlamentarios al presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar para que se abra un juicio político en contra del Ayuntamiento capitalino.
Seguramente esto traerá reacciones negativas para el gobernador, Morena y sus aliados de parte de partidos, organizaciones y sociedad civil, pues a todas luces es una venganza del nefasto Ramírez Bedolla contra un gobierno opositor.
Sin embargo, a Poncho no le preocupa y asegura que es un tema leguleyo, un abuso contra la ciudad y las y sus habitantes.
Se mostró muy confiado al afirmar que dicha iniciativa no representa una amenaza real, pues se trata de un conflicto con un particular, dónde está involucrado de manera directa el presidente.
Los diputados sirvientes del gobernador ven ahora la oportunidad de atacar al alcalde por instrucciones, seguramente de Ramírez Bedolla y del secretario de gobierno, Carlos Torres Piña para calmar su sed de venganza contra quien los ha humillado electoralmente.
Al parecer es un asunto entre una empresa privada y Poncho, sin embargo, Ramírez Bedolla aprovechó la oportunidad de utilizar a esa empresa para atacar a su rival en contubernio con la borregada que le sirve en el Congreso, salvo algunas excepciones, porque no todos son igual de arrastrados.
Por cierto, yo pensé que el diputado presidente del Congreso del Estado, Juan Antonio Magaña de la Mora, iba a ser diferente, pero no, salió igual que sus homólogos de Morena y aliados.
Bueno pues el legislador dijo que la solicitud de juicio político fue presentada por una empresa privada y que por ahora, el proceso se limitará a ser turnado a la Comisión de Gobernación para su análisis y dictamen, y que esto no implica una sentencia adelantada en contra del Ayuntamiento de Morelia.
La diputada panista Vanessa Caratachea, declaró a un medio de comunicación que la iniciativa es una cacería de brujas en contra de los integrantes del ayuntamiento capitalino, en sí, una persecución política.
Por cierto, Giulianna Bugarini se ha convertido, junto con Juan Pablo Celis Silva en los aplaudidores oficiales de Alfredo Ramírez Bedolla, pues no dejan pasar la oportunidad para arrastrarse y colmarlo de virtudes y atributos como a él le gusta.