De terror
• Violencia, inflación, deuda y divisiones, enrarecen más el panorama nacional
Miguel A. Rocha Valencia
En la vida todo se paga dice el refrán y las acciones de los morenacos no son la excepción, el problema es que aparentemente ellos no pagan consecuencias, pero sí el pueblo a nombre del cual destrozan la vida de los mexicanos.
Ese pueblo que se integra con el 75 por ciento de la población, descontando los 35 millones que votaron por la excorcholata presidencial, si se toma en cuenta que el padrón del INE supera los 96 millones de electores y que la población total alcanza casi los 126 millones de mexicanos, sufriremos los excesos de los morenos encabezados desde luego, por el caudillo que aun manda en palacio Nacional.
Porque no son ellos, la mayoría ilegítima en el Congreso ni quienes se esconden en el Ejecutivo Federal quienes pagan con su vida las masacres entre criminales, contra la población civil que se defiende, o de sicarios versus efectivos militares quienes, en esta nueva etapa, como bien decía un general que combatió la guerrilla no dejan heridos porque “el mejor delincuente es el muerto”.
Los frentes de batalla se vuelven más violentos, aparecen los coches bomba, pero dicen que no es terrorismo, aunque la gente se muera de pavor, huya o se esconda, salta a la luz pública el verdadero poder de los delincuentes que, sin respeto a autoridad alguna, lo mismo balean a civiles que uniformados en un mayor número de frentes de batalla que dan un saldo alarmante de asesinatos a menos de un mes de la asunción presidencial.
Esa violencia desatada en medio de la discrepancia política y de la insistencia de implantarnos la “ley del que manda” y ajustar la Constitución a los caprichos del todopoderoso a través de su instrumento oficial en una revancha nunca vista, los índices de criminalidad se dispararon y con ello, se caen los indicadores económicos, repunta la inflación, se espantan inversores y levantan cejas de autoridades ajenas fuera de nuestras fronteras.
A este paso la actual administración podría superar los casi 200 mil, asesinatos que dejó en ganso en la estadística.
El “costo de la vida” vuelve a repuntar y la carestía cobra su cuota en tanto el valor del Producto Interno Bruto disminuye “gracias” a la caída de sectores estratégicos como la construcción que a estas alturas registra una caída anual superior al 15.3 por ciento y eso se refleja en empleo en tanto que la lejanía del cumplimiento de promesas de inversión se ensancha y ya se habla de un aumento de la deuda externa hasta en 11 billones de pesos el sexenio que inicia.
Por lo pronto en la mesa de los mexicanos de nueva cuenta se registran carencia al subir los productos de primera necesidad, en especial frutas y verduras con una tendencia alcista a todo lo que significa inflación no subyacente, es decir, canasta básica con lo cual, los pobres laborales aumentan de acuerdo a la encuesta de Inegi.
La misma fuente advierte que la nueva espiral incluirá octubre y noviembre y alcanzará el inicio del próximo año cuando, por ley, se indexe la inflación a todos los servicios y tarifas públicos que incluyen desde predial y agua hasta peajes y pasaportes que tendrán un alza posible del 4.7 por ciento y con ello hará nugatoria aquello del aumento a los salarios “por ley.
En medio de todo, el ambiente se enrarece cada vez más no sólo por la disputa en torno a la reforma al poder Judicial donde los adendums hechos por la mayoría ilegal en el Congreso puso en entredicho no sólo los derechos humanos y con ello complicaciones con tratados internacionales, sino que dañará necesariamente lo relacionado al Tratado de Libre comercio con Canadá y Estados Unidos que no sólo aplica en lo comercial sino en el flujo de inversiones.
La mejor prueba de que hay problemas es precisamente la caída en la inversión y los pronósticos de un aumento en el déficit público que el mismo Banco de México reconoce que será difícil alcanzar una re baja del seis al 3.5 por ciento, lo cual implica que el actual gobierno tendrá que recurrir a deuda para poder cubrir sus compromisos de programas sociales remasterizados y aumentados, así como contar con recursos para inversión pública.
De hecho, se están tardando para fijar los montos del paquete fiscal donde sólo están los precriterios de política donde se recomienda disminuir en más de 800 mil millones de pesos el gasto del año en curso, tarea difícil especialmente por el pago de deudas con todo y que se adelantaron algunas liquidaciones. Pemex y CFE, serán factor.
Pero no importa, la reforma va…