El mismo discurso y las mismas promesas

PODER PÚBLICO

José Cruz Delgado

EL PT NO VA NI A LA ESQUINA CON EL PRD POR HIPÓCRITAS.

Escuchar a la nueva emperatriz Claudia Sheinbaum fue como escuchar a su mánager Andrés Manuel López Obrador, las mismas palabras y las mismas promesas.

Ni siquiera se le puede dar el beneficio de la duda, pues ya dejó en claro, muy claro que continuará fielmente con el legado de López Obrador, o sea, la misma política de abrazos y no balazos para los delincuentes, que seguirá operando bajo el manto sagrado de la impunidad que le otorgará el nuevo Imperio.

Un legado sangriento, que continuarán las matazones de gente inocente de parte del crimen organizado para avanzar hasta lograr el control absoluto del país, como hace tiempo sucedió en Colombia.

Nada será diferente con la emperatriz Claudia, pues será López Obrador quien tome las decisiones, estará atrás del trono, será él quien tome las decisiones, por eso le impuso a más de la mitad del gabinete, para que la vigilarán de cerca y no se salga del huacal, demostrarle quien manda en realidad, quien tiene el auténtico bastón de mando.

Prometió irse a «La Chingada» y ni lo hizo, cerrar sus redes sociales, no hablar de política ni con sus hijos pero no cumplirá porque necesita estar cerca de la Emperatriz y darle línea de lo debe y no debe hacer.

Por eso puso a su hijo Andrés en la secretaría de organización de Morena, para tener el control absoluto, Luisa María Alcalde y la secretaria general no son más que sus mandaderas, es él quien tiene el control absoluto.

Desde esa posición, Andrés I pretende impulsarlo a «la grande», por eso estará cerca de Claudia Sheinbaum.

Los dos Andreses estarán pegados a Sheinbaum para tenerla bien vigilada, no la ven como presidenta, sino como un instrumento para sus fines políticos.

La emperatriz acatará sin chistar las órdenes de López Obrador porque sabe que es lo que le conviene y seguro estoy que no quiere contrariarlo si no quiere sentir la furia de quien la puso en la Silla Imperial.

EL PT NI A LA ESQUINA CON EL PRD
Resulta que el Partido del Trabajo no quiere nada con el PRD-Morena, bueno ni siquiera ir a la esquina por oportunistas e incongruentes.

Ya advirtieron que para la elección extraordinaria de Irimbo prefieren ir solos que en alianza con el PRD, que conservó su registro como partido local, pero que al perder el registro a nivel nacional, su líder Octavio Ocampo se amorenó y buscó el cobijo de partido en el poder, es decir, se echó a los brazos del dizque gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.

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