“2 de octubre, la fecha que sentó precedentes para la libertad de expresión en México”

El movimiento estudiantil del 2 de octubre de 1968 marcó un precedente social importante en la historia de México, y que tuvo, en sus antecedentes, el movimiento estudiantil michoacano con las consignas de mayor democracia en el estado, así lo comentó el doctor Luis Alejandro Pérez Ortiz, profesor de tiempo completo y secretario de investigación y posgrado de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Morelia, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Campus Morelia.

En el marco de la conmemoración del 56° aniversario del movimiento estudiantil de 1968, el especialista universitario recordó que esta movilización estuvo enmarcada en diversos escenarios políticos nacionales e internacionales como La Guerra Fría, así como los movimientos obreros y estudiantiles en el país, como fue el caso de Michoacán que, tres años antes, fue escenario de protestas de jóvenes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

“Fue un movimiento muy similar al de 1968 en la Ciudad de México que también es una expresión de inconformidad respecto a las injusticias percibidas y la relación de la universidad con el gobierno, en esta época también estamos viviendo la consolidación de un régimen que durante 60 años gobernó el país”, explicó Pérez Ortiz.
Con este antecedente, y ante la creciente inconformidad de diversos grupos sociales, entre ellos, los estudiantes, se gestó el movimiento estudiantil de 1968, el cual fue reprimido en la Plaza de las Tres Culturas. Este acontecimiento es recordado por la sociedad mexicana por la crueldad con la que el estado mexicano, en ese entonces, decidió resolver las peticiones de los manifestantes.

“Lo que ocurre es una masacre de estudiantes que ejercían lo que actualmente todo mundo aceptamos como un derecho que es el derecho a la manifestación. Ejerciendo un derecho fueron reprimidos y atacados por el propio estado, el hecho mismo es muy grave y por eso debemos conmemorarlo”, así lo consideró el doctor Luis Alejandro Pérez.

Pero este tipo de manifestaciones más que disolverse, con el tiempo han tomado fuerza y sentado las bases para que otros sectores sociales puedan protestar, aunque con la memoria histórica de que la libre expresión no debe ser reprimida, sino que deben atenderse los síntomas que generan el descontento social.

Actualmente, los movimientos feministas e indígenas son una muestra del derecho a la libre manifestación, y que recuerdan que lejos de criminalizar la protesta pública, se debe escuchar y resolver de fondo los problemas estructurales y sociales, siempre en el marco del respeto a los derechos humanos que tiene cada individuo y las colectividades, según consideraciones del académico universitario de la UNAM Campus Morelia.

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