Orlando Daniel Hernández
Se nota a leguas en su rostro la experiencia de la vida, con arrugas y un aparato auditivo para escuchar, pero esto no lo detiene y sigue dándole duró a la chamba como lustrador de calzado en la Plaza de Armas.
Se trata de Don José quien con más de 80 años a cuestas aún mantiene la habilidad y fuerza para sacar brillo a los zapatos de hombres y mujeres.
Amable y atento a la habilidad que muestran sus manos con el trapo, la tinta, jabón y cepillo, señalañó que tiene en el oficio más de 35 años.
A pesar de su dificultad para escuchar y con su voz apagada, dice que aún tiene fuerza para trabajar, “hay que llevar de comer a la familia”.
Tras varios minutos de dejar como nuevo al par de zapatos, Don José se limpia el sudor, levanta la cabeza y dice: listos para presumir sus pasos.
Con 30 pesos por boleada, refirió que en estas fiestas patrias hay incremento en el trabajo, sólo descanso los sábados, es buena temporada.
Trabajaré hasta cuándo mis manos y la vista me lo permitan.