Yo Campesino

¿Narcoganso?

• Por acción u omisión gobierno de 4T empoderó al crimen organizado

Miguel A. Rocha Valencia

Como cruel respuesta a lo planteado por “Alicia” Sheinbaum en el tercer debate donde se habló de violencia y criminalidad que no existen en el país de las maravillas de la corcholata, el Inegi dio a conocer que la percepción de inseguridad subió al 61 por ciento y al mismo tiempo, se reportó que durante el fin de semana se registró la mayor cantidad de asesinatos de la historia con “sólo” 273 mexicanos que perdieron la vida violentamente.

Pero además no hay respuestas claras y contundentes, sólo el descrédito y la ofensa para aquellas voces que por escrito y en medios afirman la existencia de un contubernio entre la chachalaca de Macuspana y el crimen organizado, relación que ya se hizo extensiva a la propia exjefa de gobierno.

A lo más que llegan es a desestimar las fuentes o a recomendar la lectura de otros libros o “libelos inmundos”, sin importar que la fuente de tales afirmaciones provengan de la misma fuente que aplaudieron cuando se trató de Genaro García Luna y de cuya historia podría dar detalles el “zar” anticrimen de la Ciudad de México, Omar Amid García Harfuch.

Como sea, la corcholata sigue el mismo camino del ganso hasta con el mismo ritmo para culpar a los de antes de todo lo mal que han hecho y que, a pesar de llevar un sexenio en el poder en vez de extirpar la corrupción, la hicieron suya.

Bien dice la corcholata, en ese periodo muchos exgobernadores entraron a la cárcel, hoy no hay un solo funcionario de la 4T que por lo menos esté indiciado a pesar de su comprobada corrupción como la de Ignacio Ovalle Fernández, los Bartlett, los hijos del profeta, sus hermanos, Irma Eréndira y la lista se alarga tanto que podríamos llegar a la principal concesionaria de agua en Nuevo León, la millonaria ex ministra Olga Sánchez Cordero, pasando por varios divisionarios.

La lista se llevaría todo este espacio, ya que se incluiría a todos los ex delegados especiales del caudillo en los estados y a más de un gobernador que por omisión o colusión, entregaron su estado al crimen. Ahí están el de Sinaloa, pintadito o el de Sonora o la de Colima o… el elenco también se agranda.

Con ello queda claro que los de “antes” si castigaban a quienes se pasaban de raya, al menos los corrían, hoy simplemente los premian incluyendo a algunos a quienes “opositores” a los que la 4T vistió como embajadores por “servicios prestados”. Traidores que como otros chaqueteros corren el riesgo de la muerte política si morena se va del poder.

La verdad es que los muertos se acumulan y ya son 187 mil 617 asesinatos, además de los 51 mil 200 desaparecidos, muchos de los cuales se presume que ya fallecieron o se sumaron a los ejércitos del crimen organizado.

Y se presume que la tendencia es a la baja por lo que la estrategia de seguridad de abrazos no balazos del actual gobierno y el que sigue si gana la corcholata, continuará lo cual, son malas noticias pues el promedio de homicidios dolosos ya anda en los 95 diarios asesinatos por día.

Las masacres, aunque el discurso oficial diga lo contrario, continúan: las más recientes en Chiapas donde 15 homicidios tuvieron que ver con las elecciones, Morelos, Sonora, Veracruz, Colima, Michoacán, Jalisco y Guanajuato, eso a pesar de que los gobernadores fueles al profeta cuatrotero tienen pactos de no agresión con los criminales, como sucede también en Zacatecas donde el gobernados ya se la sabe y afirma “vamos bien”.

El caso es que de acuerdo con los datos de TResearch International y las agencias de seguridad estadunidenses que confirma el propio Inegi, es que la inseguridad va en aumento y que cada vez hay más zonas del territorio nacional con influencia de la delincuencia organizada, ya sea en disputas territoriales para el paso y comercialización de droga como la frontera sur o para la recolección del impuesto llamado cobro de piso que se da incluso atrás de Palacio Nacional.

Claro que hay pacto en la Ciudad de México, no es de hoy, viene de tiempo atrás y tan es cierto que corrieron muchos millones de dólares en tiempos del ganso y Marcelo Ebrard especialmente con los Beltrán Leyva, los mismos que están metidos en Guerrero y los 43 de Ayotzinapa.

De todo eso hay testimonios y existen las investigaciones. Lo dicen en Estados Unidos y los “panfletos inmundos” de periodistas que documentan los hechos, pero no, en la CDMX afirman bajaron los delitos de alto impacto lo mismo que el encarcelamiento de criminales, lo cual es una simple casualidad ¿Verdad?

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