Palabras Más
Escribo de manera diferente a lo que hablo,
hablo de manera diferente a lo que pienso,
pienso de manera diferente a la forma en que debería pensar,
y por lo tanto, todo procede a la oscuridad más profunda.
Franz Kafka
Arturo Suárez Ramírez/@arturosuarez
El ejercicio de comunicación que inició López Obrador con sus conferencias mañaneras fue innovador, no existía cosa parecida en el mundo, pero pronto, muy pronto se volvió predecible y se convirtió en una rutina de frases aprendidas, pastelazos y hasta de complacencias musicales, aquello de responder a cuestionamientos serios no le gusta al presidente.
En el ocaso de su administración y con los grandes fracasos a cuestas en Palacio Nacional han echado a andar una estrategia de censura y acoso para los reporteros de verdad, no los inventados por Jesús Ramírez, no quieren que nada incomode al tabasqueño en sus últimos días como mandatario y menos que pregunten sobre los temas calientes como el narcotráfico, inseguridad, el sector salud o que se ponga en duda las obras emblema de la 4T.
El personal de Jesús Ramírez Cuevas se ha vuelto más minucioso, preguntan sobre qué se va a interrogar a López y se les advierte que serán castigados si exceden dos preguntas, de ser así se les restringe la entrada por un mes o incluso hasta dos, conste que son varios los que han denunciado el actuar de Ramírez Cuevas.
Lo anterior no sucede cuando toca el turno para algunos de los aplaudidores del régimen, para ellos todas las facilidades hasta en los viajes. No se debe olvidar que el Pejelagarto les ha pedido ayuda cuando se ha visto acorralado por las preguntas que ya no puede responder. Que decir de los personajes que usan a la mañanera para gestionar asuntos particulares como “coyotes” de la comunicación, recordemos el caso de la embajadora de México en Estambul, Isabel Arvide.
La mañanera en realidad nunca ha sido un ejemplo de comunicación, pues bastó ver cuando el periodista Jorge Ramos ha asistido a las conferencias a increpar al presidente en temas de seguridad y el pejelagarto se molesta, hace berrinche y enseguida mandan a sus hordas de bots a atacar al periodista.
Si algo enfureció a los periodistas en meses pasados fue el hecho que el presidente diera a conocer durante una de sus mañaneras los datos personales de la corresponsal del The New York Times, Natalie Kitroeff, a esto se sumó cuando fueron robados una base de datos de presidencia sobre datos personales de varios periodistas que cubren la mañanera.
Otra periodista que también ha sido víctima de los bots y complicidades de Jesús Ramírez en la mañanera es la sonorense Reyna Haydee Ramírez, quien también ha hecho molestar al presidente al señalarle sus errores, hechos que le han costado suspensión en las conferencias.
Aquí se lo he dicho, cada que López es increpado se echa a andar la maquinaria para llamar mentirosos a los reporteros que, si hacen su trabajo, se sueltan a las ondas rabiosas en redes sociales para ajusticiar al que se atrevió a criticar, esa ha sido la constante en el país más peligroso para ejercer el periodismo y que con López tenemos 77 comunicadores asesinados.
Vaya pues con el humanista, con el paladín de la democracia, con el rey de la transparencia y las libertades, ante las primeras preguntas serias viene el insulto y la estigmatización, no aguanta el rigor de los verdaderos reporteros… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
A Bartlett se le cayó el sistema y también la “luz”.
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Hasta la próxima.