¡Que no se vaya!
Lo admirable es que el hombre
siga luchando y creando belleza
en medio de un mundo bárbaro y hostil.
Ernesto Sábato
Arturo Suárez Ramírez/@arturosuarez
Una regla no escrita de quienes dejaban la presidencia de la República era guardar silencio, alejarse de la vida pública o ya de plano irse como embajadores, otros optaron por exiliarse porque la lápida de sus fracasos sigue siendo muy pesada, así se fueron a Irlanda, España o Estados Unidos.
Esa regla la rompió Vicente Fox quien desde su rancho y a la primera provocación salía a los medios para hacer declaraciones, así llamó al voto por Enrique Peña Nieto en el 2012, pero el repudio ciudadano siempre lo han acompañado, incluso lo han increpado en diversas ocasiones.
Felipe Calderón también lo intentó, pero optó por las redes sociales y los foros internacionales, en territorio nacional le han gritado de todo por aquello de la guerra contra el narco y los 120 mil 463 muertos que llamó “daño colateral”, pero además los que hoy gobiernan le han hecho la vida imposible a la diputada Margarita Zavala esposa de Calderón. De nuevo el repudio se impuso.
Con Peña Nieto y la estela de corrupción y con la llegada de la 4T se pensaba que serían llevados a juicio, pronto aquella promesa se esfumó porque López Obrador no quiso empujarlos a la justicia, Peña se fue a España y otros lugares donde se ha dado la gran vida y los de la mafia del poder que pisaron la cárcel han recobrado su libertad.
Ahí está el caso de Rosario Robles que ya fue exonerada de todo cargo y bueno, aunque no ha sucedido lo mismo con Jesús Murillo Karam pero ya goza de la prisión domiciliaria.
Dice López Obrador que no se va a ir del país, que se va a quedar, pero hay una gran parte de la población que lo repudia y como a sus antecesores no se la van a perdonar. Hoy el presidente más querido y con la mayor aprobación ya no viaja por líneas aéreas, ya no come en fondas, ya no sorprende saliendo a caminar a los alrededores de Palacio Nacional que está amurallado. Como dice fuera máscaras y se parece a los del pasado… pero mejor ahí la dejamos.
Como López Portillo
Ayer que cerró la legislatura en la Cámara de Diputados, Gerardo Fernández Noroña no pudo aguantar y derramó lágrimas, dijo que ahí pasó los mejores años.
Noroña hizo recordar a López Portillo y su llanto, el numerito se dio en 1982 durante su último informe de gobierno que dejó una severa crisis cuando había prometido administrar la abundancia. Falta el otro López igual y un día de estos nos regala una escena como la de Portillo o Noroña, total el fracaso ya lo tiene.
¿No qué no?
Se ha dado a conocer por parte de activistas buscadoras y periodistas los hallazgos de restos óseos, credenciales del INE y otros artículos. ¿Puede ser que existan fosas clandestinas en la Ciudad de México? Algo que la autoridad local ha negado.
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Hasta la próxima.