Porqué mentir
• Corcholata heredará del ganso la costumbre de ocultar, engañar y presumir de pobre
Miguel A. Rocha Valencia
Me pregunto: ¿Por qué mentir u ocultar lo que con tanto esfuerzo o no tanto, logró acumular la corcholata presidencial durante décadas de trabajo en la academia, investigación o la gestión pública?
No le veo nada de malo que tenga bienes hasta por varios millones de pesos, se lo habrá ganado lícitamente como presume y si así es, entonces parta qué presumir de pobre y que habita un “modesto” departamento de 400 mil pesos en Coyoacán.
Y para qué aplica la del ganso al heredar en vida otros bienes a sus hijos o coloca en propiedad de su ex Carlos Ímaz Gispert lo que entre ambos lograron acumular como las casas en Tlalpan o la de Cuernavaca, así como la “otra” que muy al estilo de los invasores del PRD de esos tiempos, se agenciaron.
A eso, como lo hizo el tlatoani tabasqueño, se le llama simulación y si no fuera así, entonces simple demagogia pues en el fondo sus estilos de vida no son tan modestos y se basan en el ocultamiento de su real patrimonio, pero tienen mucho más.
A este paso nada más falta que salga con que en su bolsa sólo trae un billete de 200 pesos, que únicamente tiene un par de zapatos, una muda de ropa y en propiedad cuenta con un vocho o un Tsuru usados.
No le veo razón para ocultar el fruto del trabajo honrado y profesional especialmente los seis años al lado del Peje en el gobierno de la Ciudad de México, la alcaldía Tlalpan ni mucho menos los años como manda más en la capital de la República.
Eso independientemente del proceso acumulativo de los años lo mismo en la docencia que en el servicio público. De nada de eso debe avergonzarse ni ocultarlo, por el contrario, y lo mismo sería si alguna parienta le dejó en herencia unos dolaritos en un paraíso fiscal.
Entonces si mienta y oculta la favorita del reyezuelo, es ya un asunto patológico y ocultar o no decir la verdad por sistema es parte de la 4T porque ahí, a pesar de pruebas documentales y video grabadas, todos son inocentes no obstante lo que se ve y no se juzga, como el caso de Pío y Martín López Obrador, recaudadores de dinero en sobres, mientras que otros, como Carlos Navarrete, confiesan haberle llevado maletas de efectivo al caudillo.
A lo mejor Julio Scherer podría explicar, si quisiera cómo acarreó dinero de empresarios honorables y otros no tanto, y que desde luego se va a negar, porque el ganso es impoluto, incapaz de pecar, mentir o traicionar a pesar de estar hundido en corrupción.
Este sujeto sólo tiene su finca que él denomina la Chingada y que ya se sabe no recibió en herencia y si al igual que su favorita, heredó o cedió en vida a su prole. Lo que no explica es cómo la mantiene si no gasta y qué hará para cuando se retire pues no contará con la altísima jubilación de los de “antes” pero sí a sus afores y las dos pensiones, la del bienestar y la que alcance en el ISSSTE.
De hecho, la candidata de Morena a la Presidencia tiene más con qué justificar la propiedad de algún inmueble superior a los 400 mil pesos, pero a la mejor es muy ahorrativa y prefiere tener un “guardadito” para su vejez, pero no se sabe dónde está, aunque los mal pensados afirman que en Cuba y Venezuela le tienen un nicho especial, de eso que en su tiempo se supo tenían la pareja Bejarano-Padierna, contemporáneos o correligionarios de los entonces mexicanísimos Ímaz-Sheinbaum.
Tal vez por eso tampoco la aspirante del oficialismo dice qué se esconde abajo del segundo piso de la 4T donde se habla de autoritarismo, se solapa al crimen organizado, se apoya la militarización a través de dádivas y concesiones aderezados con el ingrediente exclusivo de los morenos, o sea, grandes dosis de corrupción.
Total, que la señora la favorita del rey oculta lo que viene, niega la realidad en que se encuentra el país y sostiene los mismos “clavos” de su patrón. Algunos dicen que así debe ser para que no la bajen o la regañen como ya ocurrió un par de veces ni le quiten el palo que sólo sirvió de adorno, pero no para mandar.
Pero no le veo la necesidad de presumir de pobres cuando eso no se los cree ni el más humilde sus colaboradores. Así son, como los rábanos izquierdosos de Las Lomas de Chapultepec donde destacan la exministra multimillonaria Olga Sánchez Cordero y el pobretón de Pablo Gómez. ¿Primero los pobres?