Jorge Hidalgo Lugo
Sólo el deficiente gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla podrá explicar por qué se permitió que el vandalismo destrozara las oficinas del Sistema de Administración Tributaria (SAT) en Morelia sin que ningún cuerpo policiaco lo impidiera o intentara resguardar el inmueble.
Lo peor es que los infiltrados que promovieron actores de Morena para aprovechar la protesta y echarse encima de dos personajes que hoy son candidatos por el PRD, se haya extralimitado y después de su paso depredador, hayan desistido ante el gas lacrimógeno sin que haya un solo detenido, ni presunto responsable a investigar de tantos destrozos y afectación a terceros.
Y si como dicen los afectados, en los bigotes de la autoridad, en la sede del Gopierno del Estado, hacen esto con total impunidad, ¿qué podemos imaginar les permitan en las zonas donde el narco crimen es el verdadero poder gracias a la complicidad siniestra de Morena y sus autoridades?
Ausente cualquier viso de gobernabilidad en este narco estado, como ya consideran especialistas en la materia a Michoacán, lo más lamentable es la ausencia de mando, de esa figura que tradicionalmente representaba el mandatrio en turno, pues hoy como ya es costumbre, en vez de atender lo que sucede y tratar de detener la violencia política y baño de sangre que enluta a nuestra entidad, Ramírez Bedolla se da vuelo en redes sociales intentando hacer viral este mensaje:
“Alfredo Ramírez Bedolla @ARBedolla
¡La verdad prevalece y triunfa la libertad de expresión! El día de ayer, el INE, por conducto de la Comisión de Quejas y Denuncias, declaró improcedente las medidas que el PAN solicitó en mi contra en un intento por perjudicar a nuestro movimiento. No hay vulneración a la equidad electoral. ¡Seguimos adelante con firmeza y compromiso por la democracia!”
Todo mientras a Michoacán se lo carga el payasito de Palacio Nacional, nada más pero nada menos…