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Horacio Erik Avilés Martínez*
Desde Mexicanos Primero hemos dicho que la educación está en campaña. Existen muchísimas razones para afirmar tanto la necesidad, como la urgencia de que así sea. La lista es inmensa. Veamos sucintamente treinta y tres de estos motivos:
- Porque no ha demostrado ser prioridad para los dirigentes y funcionarios de los partidos políticos, quienes evitan cuidadosamente el tema. En sus plataformas partidistas, muy poco se menciona acerca de educación y, en estos tiempos electorales, el vacío se acrecienta aún más. La coyuntura que involucra la rentabilidad electoral, por encima de la trascendencia de los asuntos públicos, por ahora apunta para otra parte.
- Porque a los partidos políticos históricamente tampoco se les ha dado defender los derechos educativos. Las fuerzas políticas que se han ocupado del ámbito educativo lo han hecho bajo enfoques clientelares, electoreros y considerando más asaltar el erario destinado a la formación integral de las infancias y juventudes en la nación que en proteger sus derechos.
- Porque hasta el momento, el discurso de los candidatos es descomprometido en materia educativa, se nota a leguas la falta de interés, la simulación, las ideas aisladas y ocurrencias descontextualizadas. Adolecen de métricas, de plazos y de presupuestos sus dichos. No parecen tomar muy en serio que digamos la educación las candidatas y los candidatos a los puestos de elección popular.
- Porque los funcionarios y exfuncionarios del sistema educativo nacional no han entregado resultados satisfactorios hasta el momento. Han acumulado una inmensa deuda histórica con los sueños y aspiraciones truncos de millones de niñas, niños y jóvenes. No podemos continuar permitiendo que cualquier improvisado asuma las responsabilidades educativas, porque las consecuencias de su falta de perfil, de experiencia y de vocación suelen ser desastrosas y los daños, de largo plazo e incuantificables.
- Porque constituye el ámbito más estratégico de todos los asuntos públicos. Si se logra transformar el sistema educativo nacional, se estará contribuyendo a la solución de los principales problemas que aquejan a los mexicanos: seguridad, empleo, migración, empleo, desarrollo sostenible, transferencia de tecnología, entre otros temas.
- Porque no se ha consultado a fondo, de manera seria, masiva y sistemática a los agentes educativos para la conformación de propuestas que resuelvan la compleja problemática que aqueja al sistema educativo nacional.
- Porque la legislación en materia educativa se cumple escasamente, los derechos que consagra el artículo tercero constitucional constituyen utopías para millones de niñas, niños y jóvenes, a quienes el sistema educativo nacional los abandona, truncándoles sus trayectorias y, con ello, sus aspiraciones de alcanzar a ser la mejor versión posible de sí mismos.
- Porque la planeación en la educación es inconsistente, vertical, opaca y no se respeta. Planes y programas se hacen tarde, a modo y sin indicadores para verificar su cumplimiento.
- Porque las mujeres siguen viviendo discriminación dentro del sistema educativo nacional, por el hecho de serlo, rompen sus trayectorias educativas, a la vez que sufren de acoso y carencias en temas como la salud menstrual, por citar un ejemplo.
- Porque la gratuidad educativa, enmarcada a nivel constitucional no se vive en la realidad. El costo de estudiar segrega y excluye a millones de niñas, niños y jóvenes en México.
- Porque los albergues escolares todavía distan mucho de fungir como espacios seguros, dignos y adecuados que permitan el desarrollo de las niñas, niños y jóvenes quienes por sus condiciones deben de estar ahí.
- Porque la violencia y la inseguridad continúan amenazando y violentando a las niñas, niños y jóvenes en este país, particularmente en comunidades donde existe presencia de la delincuencia organizada.
- Porque la situación socioemocional sigue sin ser atendida a plenitud para cada estudiante del país, a pesar de encontrarse la humanidad y nuestra nación en el peor momento en materia de salud mental.
- Porque persisten las barreras para el aprendizaje y la participación escolares, con lo cual, ni la universalidad ni la inclusividad constitucionales de la educación aún se convierten en realidad para todas las niñas, niños y jóvenes que así lo padecen.
- Porque las propuestas que han presentado los candidatos que están ya oficialmente en campaña son aún insuficientes, no se comprometen a fondo con garantizar los derechos de las niñas, niños y jóvenes en México a estar, aprender y participar en las escuelas.
- Porque el aprendizaje no se evalúa. Es un sistema al que no se le miden sus resultados, ni mucho menos se toman acciones al respecto, para cumplir con la palabra empeñada en torno a la mejora continua del sistema educativo.
- Porque no existen programas integrales que les brinden seguimiento sistemático a niñas, niños y jóvenes con aptitudes y talentos sobresalientes, difuminándose con el paso de los años, por falta de programas educativos que les permitan alcanzar su máximo potencial. Por supuesto, aplica en cuestiones académicas, científicas, culturales, artísticas y deportivas.
- Porque los derechos educativos se violentan constantemente. Así también, los derechos humanos en general se violentan en muchos planteles escolares de la nación.
- Porque a los maestros no se les brindan las mejores condiciones para alcanzar su mayor potencial profesional, ni para ejercer a plenitud su vocación docente. No cuentan con los materiales, herramientas, conectividad, programas de formación continua y actualización que les permitan hacer frente a los retos que conlleva el ejercicio de la docencia.
- Porque la educación dista mucho de ser integral, así como de consultarse los contenidos, planes y programas con la ciudadanía, académicos, sociedad civil, pedagogos y expertos en los temas respectivos.
- Porque la Nueva Escuela Mexicana y los Libros de Texto Gratuitos aún no han logrado ser apropiados y aplicados debidamente. Los estudios, investigaciones y sondeos realizados al respecto indican que existen insuficiencias, falencias y malestar en torno a la situación que se vive en las comunidades escolares, sin que se hayan diseñado acciones correctivas para lograr la implementación de la reforma educativa en turno.
- Porque los organismos de gobernanza del sistema educativo nacional desaparecieron, al desmantelarse el Consejo Nacional de Participación Social en la Educación, los Consejos Estatales de Participación Social en la Educación, los Consejos Municipales de Participación Social en la Educación y los Consejos Escolares de Participación Social, que fueron la política pública más ambiciosa en torno a la conformación de un entramado de gobernanza que haya existido en la historia de la nación.
- Porque los indicadores educativos que se construyen aún y son públicos son escasos, poco trazables y se encuentran en niveles insatisfactorios. Indican por sí mismos una emergencia educativa sistémica que debe atenderse cuanto antes.
- Porque las campañas políticas absorben mucho dinero que debería dedicarse a la educación de los mexicanos. Aunado a lo anterior, asumen y propician que la ciudadanía se sostenga en la ignorancia, en la falta de cultura democrática, al intentar bombardearlos con tácticas de mercadotecnia y persuasión, en lugar de brindarles elementos para la toma de decisiones electorales.
- Porque la corrupción persiste en el sistema educativo nacional, como se ha evidenciado en los programas de ingreso y promoción al servicio profesional docente, así como en el manejo de los programas de becas y el de La Escuela Es Nuestra, entre muchos otros.
- Porque la articulación entre niveles educativos es prácticamente inexistente. Esa visión parcelaria de las trayectorias educativas dificulta la empatía, la solidaridad y el apoyo mutuos entre niñas, niños y jóvenes de diferente escolaridad, pero que pertenecen a la misma comunidad.
- Porque quienes aducen defender los derechos de los trabajadores de la educación siguen siendo parte del problema y no de la solución, al lucrar con la personería del magisterio mexicano, propiciando la opacidad, la corrupción y la acumulación de privilegios en las cúpulas de las representaciones gremiales y sindicales.
- Porque el normalismo sigue sin contar con presupuesto digno, con la centralidad de sus actividades en torno a la formación inicial docente y las protestas continúan, sin que su problemática histórica se resuelva estructuralmente.
- Porque las becas no se imbrican a programas sociales transversales, que permitan la multiplicación de beneficios para sus recipiendarios, lo cual genera solamente que se pulvericen los recursos públicos.
- Porque continúan faltando estancias infantiles y cobertura total de educación inicial y preescolar en esta nación.
- Porque la infraestructura física educativa, su equipamiento, dotación de consumibles, conectividad a Internet, así como su mantenimiento preventivo y correctivo son insuficientes, precarios y hasta indignos en muchos casos.
- Porque la educación no cuenta con garantías plenas de que sea plenamente científica, libre de ideologías y libre de dogmatismos, como lo establece el carácter laico de la educación que menciona el artículo tercero constitucional.
- Porque es ahora el momento: es en el periodo de campañas cuando hay que colocar en agenda pública las necesidades más sentidas de los mexicanos, para llamar a la acción y construir soluciones que posibiliten una mejor educación, conforme a lo mandatado por la constitución y en vivencia plena de derechos para cada niña, niño y joven en este país.
En suma, hay muchas razones para que la educación esté en campaña, se priorice y se hable de ella, hasta lograr que se comprometan soluciones integrales para la complejísima problemática de un sistema educativo nacional que debe ser garante de los derechos educativos de las niñas, niños y jóvenes, lo cual en los hechos apenas si sucede. Construyamos desde ahora un gobierno educador.
AprenderImporta
LaEducaciónEstáEnCampaña
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*Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C