178 mil asesinatos, 42 mil desaparecidos y el enemigo #1 es el vapeador
- Xóchitl: “yo sí se leer un mapa y se dónde está México”
Martha Elba Torres Martínez
“En México, cada año mueren 24 mil personas en accidentes automovilísticos relacionados con el consumo de alcohol. México ocupa el 7º lugar mundial en muertes por esta causa”, reza el tríptico Alcohol y Accidentes 2019 difundido por el gobierno de López Obrador (https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/566152/Triptico_Alcohol_y_Accidentes_2019.pdf)
La mortalidad más alta por accidentes viales en México se presenta en población entre 15 y 24 años, sostuvo Rafael Miguel Contreras Pérez, del Centro de Integración Juvenil Xalapa, en una ponencia que presentó en la Universidad Veracruzana, en julio pasado.
Por consumo de tabaco, 51 mil personas fallecen al año, aseguró la diputada morenista Carmen Medel Palma, en el Foro “Control y regulación del tabaco en México: un asunto de salud pública” que organizó en la Cámara Baja, en septiembre de 2020, a propósito de la embestida prohibicionista contra las áreas de fumadores en restaurantes, bares y hoteles y hasta plazas.
De acuerdo al INEGI, el homicidio es la principal causa de muerte de personas entre 15 y 44 años. En 2022, un joven de San Luis Potosí murió por neumonía atípica, enfermedad provocada principalmente por bacterias y virus, pero se la enjaretaron al vapeador…
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En mayo de 2022, se viralizó un video en el que Jesús Ernesto, hijo menor del presidente López Obrador, se le ve sentado frente a un escritorio de una oficina, echando humo. Las interacciones especulaban que era un puro, un churro de mota o un vapeador. Gacho quien lo grabó y subió, y peor si era su cuate. El caso que tres meses después apareció en el aeropuerto de Londres, Reino Unido, país al que lo mandaron a estudiar.
Se puede conjeturar que la travesura del entonces quinceañero, exacerbó el odio de su padre al vapeador. Pero de eso, a declararle la guerra campal y convertirlo en el enemigo público número uno de la nación, ya es esquizofrénico y confirma que siempre le duelen más los tiznadazos a su imagen, que las diabluras o trapacerías de sus vástagos. Todo es él. El ombligo del universo es él.
Esto es a lo que voy. La delirante mente con que López Obrador nos arrastra a sus batallas internas. ¿Que no le gustaba el cambio de horario? Pues va para fuera. Que porque era malo para la salud. Que era muy poquito el ahorro de energía; nada más mil 200 millones de pesos al año. Una bicoca.
Entonces, bajo su gobierno, han sido asesinadas 178 mil personas, 50 millones no tiene acceso a los servicios de salud, mueren 24 mil jóvenes en accidentes a causa del alcohol y 51 mil por fumar tabaco; y en lugar de atacar estos grandes problemas la juventud, todo contra el vapeador:
“Queremos que no quede ningún hueco para hacer interpretaciones; queremos que sea muy claro, que no se permite el que puedan utilizarse instrumentos, artefactos, de estos cigarros electrónicos, nada; que no quede ninguna puerta abierta y que se evite el que se introduzcan este tipo de cigarros electrónicos. Está demostrado que son malos para la salud y que, sobre todo, afectan a los jóvenes”. “No queremos nada que dañe a la salud y no hay influencia que valga. Ya es el interés general, el interés del pueblo, el interés de la nación; es cuidar la salud del pueblo”.
Ojalá se elevara a rango constitucional el peor de los castigos al presidente que ofrezca abrazos a los criminales y se burle de las víctimas y del pueblo…
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Qué rarito. Hay mucha prisa por declarar “caso cerrado” toda la presunta corrupción que rodea a López Obrador. En esta coyuntura, el financiamiento del cártel de Sinaloa a su campaña presidencial del 2006, y apenitas, el INE y el Tribunal Electoral dieron carpetazo a las denuncias de Sanjuana Martínez, ex directora de Notimex, sobre los “moches” a la campaña de Sheinbaum.
Vino la asesora de seguridad nacional de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall, a hablar en Palacio Nacional sobre fentanilo y migración; habló por ella, la canciller mexicana, Alicia Bárcena: “para las autoridades de Estados Unidos es un caso cerrado”. Lo mismo dijo el embajador Ken Salazar. Pues sí.
Pero el Departamento de Justicia de ese país y del cual depende la DEA y el FBI -allá si es autónomo de a deveras- no se ha pronunciado al respecto. Solo se sabe que la Fiscalía no avanzó, supuestamente por no contar con elementos contundentes en ese momento, y para no interferir en las elecciones presidenciales de ese año y luego en las de 2012. Puede entenderse porqué tampoco en 2018.
Claro que uno es el discurso diplomático y cosas distintas suceden en las conversaciones privadas, pero ya deben tener claro tanto Joe Biden como Donald Trump, que el presidente de México como un día dice una cosa y al otro, otra.
Hace días, había conminado a los paisanos allá, que condicionen su voto a cambio del compromiso de regularizar su situación migratoria.
Ayer lo repitió y amplió a toda la comunidad hispana: votar por los políticos que ofrezcan regularizarlos siempre y cuando tengan más de cinco años trabajando en Estados Unidos.
“Pedimos que se regularice la situación de los mexicanos que tienen más de 5 años trabajando en Estados Unidos. El partido que ofrezca eso, debe tener el apoyo de los mexicanos y de los hispanos, porque no sólo es regularizar la situación de los mexicanos. Hay de otras nacionalidades desde hace mucho tiempo en Estados Unidos”.
Es más, se ofrece como ´testigo de honor´ a la firma del compromiso de cualquiera de los aspirantes presidenciales gringos con la migradiza, porque luego se hacen pato ¡perdón! ganso. Como él con eso de pacificar México en seis meses, bajar la gasolina a diez pesos el litro y el sistema de salud como en Dinamarca.
“Ahora tiene que ser una ceremonia. Si me invitan yo voy, cuando un partido se comprometa a eso. Cualquier partido que sea, que se comprometa a regularizar a nuestros paisanos que trabajan honradamente, que aportan mucho al desarrollo de esa gran nación y que es injusto que no se les reconozcan esos derechos obtenidos”.
“¿Por quién vas a votar, qué candidato va a ofrecer que va a regularizar la situación migratoria de mexicanos que llevan 20 años trabajando en Estados Unidos y aportando al desarrollo de Estados Unidos? Qué candidato a la presidencia va a ofrecerlo, y además firmado, porque cuando hay campañas, ofrecen y no han cumplido”, dijo.
Entonces ¿qué habló con Elizabeth Sherwood? ¿Llevarle la propuesta a Biden? Son 40 millones de mexicanos allá, y anda prometiendo esa bolsa de votos. ¡Ya la quisiera aquí, el 2 de junio próximo!…
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Y como la candidata de la 4T dice que ella y AMLO son uno mismo, pues no podemos esperar más que lo mismo. Entonces hay que fijarnos en la propuesta de la opositora Xóchitl Gálvez, para nuestros vecinos del norte:
“Yo sí se leer un mapa y se dónde está México -por eso de que Rusia y China están bien lejos y son autocracias-. Tenemos una frontera de 3,200 kilómetros y 43 cruces fronterizos; el 80 por ciento de nuestro comercio es con Norteamérica y 80 por ciento de los turistas proceden del norte.
“Entonces, creo que más nos vale que fortalezcamos esta relación; una relación de amistad porque antes que nada somos amigos y después socios comerciales. Yo creo que si trabajamos de manera clara, si aprovechamos el ´nearshoring´, Estados Unidos nos va a suplicar mano de obra. Oye lo que te estoy diciendo: nos va a suplicar por mano de obra y México hoy tiene un faltante de mano de obra; nosotros podríamos ver en los centroamericanos, en los sudamericanos también una posibilidad para contribuir a la riqueza de este país en lugar de estigmatizarlos. Así, en lugar de violentar sus derechos humanos, deberíamos ver la posibilidad para que se integren a las cadenas de valor, obviamente previa capacitación y certificación laboral.
“Entonces la migración es una oportunidad para los dos países, pero yo creo que la podemos dialogar y sobre todo regular. Vamos entonces por una fuerza laboral más preparada con justicia social”, propuso en sus anfitriones.
Pidió la observancia para las elecciones en México, no solo de los organismos proddhh sino también de la OEA que tanto desprecia López Obrador. ¿Por qué? Porque a fuerzas quiere continuar gobernando a través de su “corcholata”…