Los López junto con Morena representan el abuso, lo inmoral, la corrupción y lo más rancio del poder
José Cruz Delgado
Andrés Manuel López Obrador es el nervioso ante el crecimiento de Xóchitl Gálvez, precandidata al gobierno de México por la coalición Fuerza y Corazón por México y quien está haciendo el ridículo es su corcholata Claudia Sheinbaum y su nivel de popularidad que presume es ficticio porque paga a casas encuestadoras y así engaña a las y los mexicanos.
Sólo en su mente enferma.
Los López junto con Morena representan el abuso, lo más inmoral y la corrupción y lo más rancio jamás visto, pero lo más despreciable de su proceder es su desprecio por las leyes y nuestra Constitución.
López Obrador sí engaña, sí miente y sí roba junto con sus hijos y allegados y eso ha sido evidenciado por varios medios de comunicación. Nomás llegó al poder y sus hijos ninis se convirtieron en multimillonarios, él, dejo atrás los viajes comerciales, su modesto vehículo y sus trajes baratos para convertirse en un imitador de Emperador por eso decidió apoderase de Palacio Nacional y despojar a los mexicanos de ese patrimonio.
La austeridad república no aplica para él, su familia ni sus amigos de su primer círculo.
A su hijo menor lo envió a estudiar a Inglaterra porque se le hicieron muy corrientes las escuelas públicas mexicanas.
Por cierto, es muy extraño que tras la llamada entre Joe Biden y López Obrador se haya dicho que para la Casa Blanca es un asunto cerrado la acusación de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) en el sentido de que líderes de cárteles del narcotráfico habrían entregado 2 millones de dólares a la primera campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2006.
Júrelo que algo negoció López Obrador con el mandatario estadounidense. ¿Acaso apoyo de México para su reelección a cambio de impunidad?
Y es que el mexicano había anunciado que no recibiría a la directora de Seguridad Transfronteriza del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood, pero después de esa llamada cambió de parecer y tras esa reunión, por arte de magia se le exonera.