Orlando Daniel Hernández
La elaboración del sombrero que desde décadas atrás nació como un distintivo personal de los hombres de tierra caliente, es un arte artesanal que se niega a morir, en Purechucho, en Huetamo, las manos diestras y habilidosas de las mujeres tejen con firmeza y conocimiento el ixtle que poco a poco comienza a dar forma a la montera…
El ixtle se desvanece entre las manos de las mujeres michoacanas que, por generaciones y desde temprana edad, la señora Corina Arías es un ejemplo, ella ha encontrado en este arte una forma de generar recursos para su familia.
Además, señala que también se lucha por la preservación de este arte que se niega a morir, admite que la competencia con los artesanos de Guerrero estado vecino es sana aunque ellos han perfeccionado el planchado.
En tanto, Cristina García Aguirre Coordinadora de Red de Mujeres Fortalecedoras de Paz argumenta la fuerza y destreza de las manos de las mujeres huetameñas que en la comunidad de Purechucho se distinguen por elaborar sombreros a mano de todas formas y tamaños.
Lo importante es trenzar conforme al número de vueltas y aprovechar al máximo el ixtle, también tenemos la plancha para el secado y el cepillaje, señala.
Los apoyos e incentivos gubernamentales para este taller beneficiaran a 14 mujeres en donde el equipamiento requirió una inversión estimada en los 316 mil pesos.
Además, con la capacitación se podrá ajustar y mantener en buen estado a la maquinaria.
El sombrero huetameño es de distintas formas y tamaños, y según el número de vueltas e incrustaciones en algunos casos de oro y plata, puede tener un costo desde los mil hasta los 50 mil pesos.
Además, su porte tiene ciertas particularidades, puesto que si se inclina del lado izquierdo es señal que el sujeto que lo porta está casado, y si se inclina para el lado izquierdo es que busca pareja.