PODER PÚBLICO

Ramírez Bedolla y Celis Silva, locos y mentirosos

José Cruz Delgado

Las locuras que dice el gerente de Morena en Michoacán, Juan Pablo Celis Silva, son para dar risa, su incongruencia, reitero, raya en la locura. Lo peor de todo es que se cree las estupideces que dicen.

Nadie duda que tenga buena estructura, gracias a las dádivas y dispendio de recursos públicos, y aseguró que tienen con qué ganarle al gobierno corrupto, sí, así lo llamó, pero sin presentar pruebas de posibles actos de corrupción y que le ha quedado a deber a los morelianos.

La pregunta obligada es: ¿Sus amos Alfredo Ramírez Bedolla y Andrés Manuel López Obrador no le han quedado a deber a los michoacanos y mexicanos?

Con todo el odio que siente el ex perredista contra la oposición, júrelo que pese a sus acusaciones le harán lo que el viento a Juárez a Poncho, no es que sea invencible, pero su trabajo es avalado por los morelianos, y a la corcholata que le pongan enfrente será derrotada con facilidad.

Recuerde usted que Morena ya tuvo la oportunidad de gobernar la capital michoacana y fue una decepción, un desastre la fallida administración que encabezaron Raúl Morón y “El Jarocho” Humberto Arróniz, y los morelianos no perdonan ni olvidan. Así que la corcholata que le pongan enfrente los morenistas y aliados será derrotada por Poncho.

Por lo pronto, Poncho va por la reelección en candidatura común con el PAN, PRI, PRD y otros partidos locales como el PES.

RAMÍREZ BEDOLLA, UN GOBERNADOR FALLIDO HECHO AL VAPOR
Michoacán tiene un gobernador con falta de política interior y exterior, hecho al vapor. El estado, desde el inicio se le fue de las manos en materia de seguridad, es la delincuencia organizada la que impone las condiciones al continuar con las extorsiones y cobros de piso, tanto a productores como a los comerciantes.

El estado se le fue de las manos, unas manos que lejos de abonar a la construcción de un mejor estado, está permitiendo que la inseguridad sea quien marque el ritmo a seguir, y es que obviamente no es él quien manda, él tiene el cargo, pero no el poder.

Bien dice Maquiavelo, es más importante la influencia que el poder, pues el poder puede recaer en la parentela y la estirpe, pero la influencia se gana y pesa más que el poder mismo, pues el mover las piezas desde lo obscurito, desde el anonimato te exime de cualquier mal resultado y sin duda, hoy Michoacán es un mal resultado generalizado y son otros quienes realmente mandan y todos sabemos quiénes son.

Por cierto, 2024 es un año electoral, y los fallos en la colocación de cartuchos quemados por parte del gobernador, solo permiten ver a lo lejos lo que se avecina para Michoacán, otra vez el amiguismo y el clientelismo político del que tanto se quejaban con Silvano toma fuerza también con Bedolla, y nuevamente será el pueblo quien pague los errores de alguien más.

Bien dijo la precandidata presidencial por el PAN, PRI y PRD, Xóchitl Gálvez Ruiz, el pasado domingo en Uruapan, una zona afectada por la violencia, no es justo que regiones enteras del país estén amenazadas por las extorsiones del crimen organizado.

Hay zonas donde gobierna la delincuencia con absoluta impunidad, mientras las autoridades locales, estatales y federales se hacen de la vista gorda.

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