- Como Pepe el Toro, ¡el Ejército es inocente!
- La “conciertitis” que le pegó a Bedolla
Martha Elba Torres Martínez
Ya, de plano, mi falta de entendimiento al Presidente ha tocado fondo. Llevará tiempo digerir el lío en que metió esta semana dos trágicos momentos de nuestra historia moderna de tragedias, porque como Pepe el Toro, ¡el Ejército es inocente! de la matanza de estudiantes en Tlatelolco y nada tuvo que ver en la desaparición de los 43 de Ayotzinapa.
¿Y ahora?
Todo el acervo histórico sobre el 2 de octubre tendrá que ser corregido por decreto presidencial, porque eso es la voz de López Obrador.
Supongo que Epigmenio Ibarra, su ideológo, así como volvió a reclamar a Ciro Gómez Leyva y todos los periodistas vendidos, que se disculpen por haber creído en la “verdad histórica” del peñato sobre la noche de Iguala, ahora exigirá a Elenita Poniatowska, Gilberto Guevara Niebla, Enrique Frauze, a Paco Ignacio Taibo II, pedir perdón -a Julio Sherer, Monsi y a Luis González ya no, porque están difuntos-; a todos, toditos que culparon injustamente hace más de medio siglo, al Ejército Mexicano de la masacre estudiantil.
“El Ejército solo recibe órdenes del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, en ese entonces (hace 55 años) era el presidente Gustavo Díaz Ordaz”; “quienes participaron de manera directa fueron miembros del Estado Mayor Presidencial” y el Batallón “Olimpia”, dijo López Obrador, este lunes 2 de octubre, que no se olvida.
La mañana siguiente, el martes 3, también exoneró al Ejercito de su participación en la desaparición de normalistas de Ayotzinapa, en 2014, y al mismísimo ex presidente Enrique Peña Nieto, que ni él ni el entonces secretario de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos, dieron la orden de eliminarlos. “Su participación se limitó en el vínculo de ´algunos militares´ con el crimen organizado y autoridades locales, policías municipales”.
Así las cosas, pues que se limpie también el nombre del general Marcelino García Barragán, abuelo de Omar García Harfush, aspirante de Morena a jefe de Gobierno de la CDMX, y se retiren los cargos contra el ex procurador Jesús Murillo Karam, porque tampoco dio la orden de desaparecer a los normalistas.
¿Y qué va a pasar con estos episodios en la nueva escuela mexicana de la 4T? Porque los libros de texto gratuitos, por lo menos hasta el siglo pasado habían referido los movimientos estudiantiles del 68 y 71 y sus consecuencias, de forma diametralmente tersa, a las crónicas, libros y ensayos de la época.
Reconozco a plenitud, la habilidad de AMLO para darle de volteretas a la historia y usarla a su favor, ahora, para absolver con quienes cogobierna. Pero esto es gracias al trabajo de su odiado Vicente Fox.
Porque sí. Uno de sus argumentos en 2018, para desaparecer en apariencia al Estado Mayor Presidencial, fue precisamente el informe de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos, que en 2001 creó el presidente panista de las botas. Seis años después, la primera instancia gubernamental dedicada a investigar crímenes del pasado presentó los resultados. Específicamente sobre Tlatelolco, efectivamente, concluyó que el Estado Mayor Presidencial (EMP), el cuerpo de militares élite al servicio del Presidente de México, planeó y operó la matanza de estudiantes.
Así las cosas, Fue la Fiscalía de Vicente Fox la que llegó al fondo de la verdad, solo que en aquel tiempo a López Obrador no le importó porque andaba encabronadísimo y lo que le sigue, con la elección que dice que le robaron.
Aquí el tema, es que la historia no se puede torcer por intereses políticos y económicos, como los que tiene AMLO con el Ejército; porque su guardia presidencial -antes EMP- procede y es parte de la milicia. Ya no falta mucho, es más, el próximo año que deje el poder, comenzará a escribirse su historia y la de este México que bañó en sangre y dolor…
*
Y ya, de plano, también me rindo en tratar de encontrar sentido a lo que hace el gobernador morenista de Michoacán. Con los focos rojos encendidos por la inseguridad y violencia criminal, a Alfredo Ramírez Bedolla le pegó la “conciertitis” y organizó el montonal de eventos masivos para octubre y promete extenderlos a noviembre.
Alfredo saltó de una opaca curul plurinominal en el Congreso local, a la gubernatura, en 2021. El primer evento masivo, de él y para él solito, lo vivió en el estadio Morelos el pasado 20 de agosto. Con un acarreo de 50 mil personas, hizo rugir el coloso del Quinceo ¡Bedolla! ¡Bedolla!
Lo habría estremecido tanto, que para el Grito del 15 de septiembre contrató a Julión Álvarez para abarrotar la avenida Madero. Cien mil almas, según el despacho de prensa, y regresar la alegría perdida a esta fiesta patria que hace 15 años se enlutó con los granadazos del cártel de los Zetas.
La estrella de la “Norteño Banda” cobró 9.2 millones de pesos, informó quien era aun secretario de Gobierno, Carlos Torres Piña, hoy aspirante a senador por Morena.
El 20, 21 y 22 de este mes, también en el estadio Morelos, tocarán El TRI, Molotov y Caifanes. Que según Carlos, entre los tres, no pasan de costar cinco millones de pesos. ¿A poco? ¿Tan devaluados están?
Pero igual contrataron a los influencers -que también cobran- Roberto Martínez y Coro Gay de la CDMX (viernes 20), Don Silverio, Poncho Gutiérrez, Azul Medina y El Hank (sábado 21), para echar choros contra las drogas y la violencia, en esta jalada del “Jalo Fest”. Escuché un spot: “sin condón no jalo” (¿?), el jale, también se usa como expresión de un trabajo de albañil o cargador, en el bajo mundo de los sicarios para referir un “levantón”, e incluso se usa como jale de coca. Que campañas tan cuchas y sin creatividad de este gobierno morenista.
Por cierto, corren las apuestas de quién sale primero de la Coordinación de Comunicación Social: Zayin Villavicencio o Aned Ayala, porque como que la comunicación no es muy buena entre ambas.
El caso que en su RP del miércoles, el coordinador estatal de Movimiento Ciudadano, Toño Carreño, le hizo las cuentas al gasto de la “conciertitis” de Ramírez Bedolla, porque en su opinión, es un dispendio de recursos organizar tantos eventos musicales cuando hay tantas necesidades en el estado. Y tiene razón.
Nada más comparó los más de 9.2 mdp que costó Julión, con el presupuesto anual de varias dependencias, y sí, se pasa de lanza: rebasa lo que recibe la Casa del Abuelo, el Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación; la Universidad Politécnica de Lázaro Cárdenas, el Instituto de la Juventud y la Comisión Estatal de Arbitraje Médico.
Además, ese gasto representa 48 por ciento del presupuesto de la Procuraduría de Protección al Ambiente; 20 por ciento del Instituto de Vivienda; 20.8 por ciento de la Universidad de la Ciénega; 32 por ciento del Centro Estatal de Certificación, Acreditación y Control de Confianza y 20 por ciento del Instituto Michoacano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.
Carreño Sosa señaló que su crítica a gastar en eso, “no es por un tema político, electoral o de oposición, sino de establecer las prioridades que deberían ser verdaderamente atendidas por los gobiernos, dado que la inseguridad, la salud, la educación, la economía, la generación de empleos y varios rubros más, tienen graves pendientes”.
Es indignante -dijo- que la prioridad de un ejecutivo estatal sea la organización de conciertos, cuando tenemos crisis en diversos temas, como el de los transportistas en Uruapan; de limoneros en Apatzingán; la entidad está sumida en la violencia; las constantes ejecuciones en Morelia; más de cinco mil 400 personas desaparecidas en todo el territorio estatal y los restos de 45 personas en una enorme fosa clandestina en Tacámbaro.
Y nada más un dato para Bedolla y no malgaste los recursos de todas y todos: el Presidente acaba de enviar una iniciativa a la Cámara de Diputados para que a partir del 2024, los estados y municipios reserven recursos en sus presupuestos anuales para atender a damnificados o daños a infraestructura, ante desastres naturales y emergencias…
*
¿Qué han hecho o pronunciado de especial relevancia las aspirantes presidenciales de la 4T y del Frente Opositor, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, respectivamente, para las fotografías del momento, que reportan estas encuestadoras?
Según Covarrubias y asociaciones publicada en Vanguardia.mx, la morenista tiene 64 por ciento de las preferencias, mientras Xóchitl Gálvez, 17 por ciento; conjetura el medio que Samuel García, con 6 por ciento de aceptación, “el margen de votación deja ver que la declinación de Movimiento Ciudadano para participar en la contienda presidencial beneficiaría a la exjefa de Gobierno capitalina. En este caso, Sheinbaum Pardo obtendría un acumulado de 73 por ciento y 16 por ciento para la senadora”.
Buendía & Márquez en el Universal, da 50 por ciento a Claudia, 30 por ciento a Xóchitl, 7 por ciento al gobernador de Nuevo León; y De las Heras Demotecnia, registró un salto en septiembre de 68 por ciento para Sheinbaum, tumbó a 14 por ciento a Gálvez y al neolonés, le otorgó 4 por ciento.
Están raritas. Reitero, no hay que irse con fintas hasta no revisar a detalle la ventana metodológica de toda encuesta, por pulcritud y para que no nos vendan infomerciales…