Ramírez Bedolla en caída libre; Morón en pleno vuelo, está de regreso

Rueda de Molino

Jorge Hidalgo Lugo

No fue solo una vez que Alfredo Ramírez Bedolla tuvo lances de desinterés y menosprecio hacia los enviados de Claudia Sheinbaum en tiempos de la pasarela morenista. Incluso se dio el lujo de decantarse a favor de Adán Augusto López Hernández, pese a que las señales de Palacio Nacional siempre apuntaron a favor de la hoy beneficiada por el dedazo presidencial.

En su afán de imponer y exponer que el poder en Michoacán lo ejerce el Gobernador aun sin saber cómo gobernar, Ramírez Bedolla buscó imitar en su juego sucesorio al dueño de Morena y no sólo permitió, sino además alentó que Carlos Torres Piña y Giulianna Bugarini se adelantaran sin ninguna ortodoxia procesal, para promoverse como fórmula para contender por el Senado de la República.

Con todo el aparato de Estado a su favor, el binomio de funcionarios de primer nivel en el gabinete bedollista se dieron vuelo y salieron a vender su proyecto con el respaldo millonario de recursos públicos que dispusieron sin límites y de manera sospechosa.

En tanto Raúl Morón Orozco, a quien Ramírez Bedolla expulsó literalmente de Michoacán -sin cumplir pactos o acuerdos previos a que el ex edil dejara pasar al entonces diputado para hacerse de la candidatura en papel de emergente-, se dedicó a conciencia a trabajar en los proyectos que le encomendó la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Así fue a trazar estrategias y encabezar operadores electorales en el Estado de México y mantuvo con discreción, su presencia en la estructura morenista que aún lo reconoce como el gobernador sacrificado, para hacer posible que la ventaja de #EsClaudia se impusiera también en territorio michoacano.

En este paralelismo, a la luz de los resultados, quien pierde de entrada es el binomio Carlos Torres Piña- Giulianna Bugarini, porque han quedado al margen en su pretensión senatorial una vez que el equipo de Morón Orozco se ha revitalizado al interior de Morena, pero sobre todo, por su cercanía a quien recibió desde siempre, el respaldo de López Obrador para ir por la presidencia y sucederlo en el 2024.

Con este escenario nada favorable para el que está reprobado por los michoacanos en todas sus mediciones, en el bando bedollista hay quienes se atreven a filtrar que Alfredo Ramírez haría uso de su derecho de vento y alegando tener en riesgo la gobernabilidad por lo que representa Morón Orozco, exponer el argumento en su defensa para no dejarlo pasar como cabeza de fórmula senatorial.

Y aunque en las mediciones serias que tienen en la mesa de Palacio Nacional, Michoacán no sólo mantiene con calificación reprobatoria a su gobernador -cuando no cumple aún dos años al frente de la encomienda-, preocupa sobre manera que la marca Morena también tenga un alto rechazo y en ello arrastren por igual al propio López Obrador.

Esto es que el margen de maniobra de Ramírez Bedolla a la hora del palomeo federal está reducido al mínimo y si es que los operadores de Claudia Sheinbaum quisieran negociar con el mandatario michoacano en aras de no violentar aún más el frágil escenario de división morenista que hoy se tiene en la entidad, podrían acceder a que proponga el nombre de la mujer que obligadamente tendría que ir en la fórmula senatorial.

O en todo caso, para evitar una escisión mayor que afecte el ánimo y disminuya la fuerza electoral que tampoco es favorable como quedó demostrado en el 2021, en la candidatura referida podría surgir el “tercero en discordia” que en este caso correspondería a los aliados del Verde Ecologista o Partido del Trabajo.

Con ello y por la cercanía que mantiene con Ramírez Bedolla, amén del posicionamiento que han logrado sus alcaldes y cuadros directivos en distritos y municipios, el que podría salir beneficiado en este supuesto es Ernesto Núñez Aguilar, porque además prevalece en el ánimo de los compromisos adquiridos que #EsClaudia habría aceptado ceder en cinco entidades del país que sea el Verde Ecologista quien encabeza la alianza para efectos de la candidatura al Senado, dentro de los que estaría Michoacán.

Sin embargo, y porque se considera como un acto de estricta justicia, Raúl Morón iría con el alcalde de Uruapan, Ignacio Campos Equihua, en calidad de propietario y suplente, con la consigna de desquitar agravios y repetir en los comicios dentro de cuatro años, por la gubernatura estatal.

Ello no descarta la posibilidad que el ex edil moreliano sea integrado al gabinete federal en caso de una eventual victoria presidencial, toda vez Claudia Sheinbaum lo tiene como uno de sus cuadros más confiables y cercanos, dejando el espacio al edil uruapense en la Cámara alta mientras tejen el 1-2 para el proyecto Michoacán en el 2027.

Otras variantes podrían ser consideradas como lograr que haya un relevo en el Ejecutivo michoacano, que entre como bateador emergente a rescatar el escenario de desastre que hoy pinta para Morena y en ello también tendría mano la opinión de la ahora ungida por López Obrador.

Porque suena obligado para que luego de octubre venidero -que cumple dos años al frente del mandato y ya no obligaría a comicios extraordinarios su eventual salida-, se instale en Palacio de Gobierno alguien quien reconcilie a las huestes morenistas, hoy enfrentadas y perseguidas por ex priistas, y hasta ex perredistas, como es la queja documentada que obra en poder de quien hace unos días recibiera el “bastón de mando” del dueño de Morena.

Sea como fuere, el panorama para Ramírez Bedolla es poco más que incierto y comienza a pagar la arrogancia, el poco oficio político demostrado al ejercer el poder sin antes saber gobernar. Se subió al tabique, se mareó y hoy va en caída libre, para su infortunio y el de sus soplanucas.

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