Sergio Cortés Eslava
El articulista e historiador Héctor de Mauleón, publicó en el diario El Universal, el fenómeno de la extorsión y el crimen organizado que prevalece en Michoacán y que controla prácticamente todos los sectores productivos, como hace décadas; también aseguró que el “Migueladas”, en capo de capos en la entidad, se ha mantenido impune a lo largo del sexenio de Andrés Manuel López Obrador “y ha alcanzado una nueva cresta durante el gobierno del morenista Alfredo Ramírez Bedolla”.
Y es lacónico en su artículo de la semana pasada: “El verdadero ganador de las elecciones en Michoacán, fue Migueladas”. Ganó Migueladas y en medio de sus compromisos con los grupos, el gobernador se ha vuelto un fantasma”.
En parte de su colaboración ne el medio nacional, De Mauleón señala que “en 2018, Alfonso Durazo, quien iba a convertirse en secretario de seguridad del gobierno de López Obrador, coordinaba unos supuestos foros de pacificación y reconciliación nacional. Al término de uno de estos, uno grupo de mujeres le entregó una hoja de papel en el que estaba escrito un apodo: “Migueladas”.
“Cuatro años antes, el párroco de Apatzingán había denunciado a Migueladas –Miguel Ángel Gallegos Godoy–, como el capo más protegido y custodiado por el gobierno del estado. Un año más tarde, la senadora María Luisa Calderón lo señaló como “el sucesor de La Tuta”, el antiguo líder de los Caballeros Templarios.
“Había reportes de inteligencia fechados en 2017 y levantados por autoridades federales, que indicaban que Migueladas, propietario de vastas hectáreas dedicadas a la siembra de melón, era dueño y señor de La Huacana, Churumuco, Gabriel Zamora, Huetamo, Ario de Rosales, Turicato y Múgica.
“Antiguo aliado de José Manuel Mireles en tiempos de las autodefensas, Migueladas se había relacionado con Enrique “Kike” Plancarte, uno de los jefes de Los Templarios y rey de los laboratorios de metanfetaminas. Los reportes federales indicaban que había financiado campañas de gobernadores, alcaldes y legisladores, y que había impuesto funcionarios de justicia y seguridad.
“Actuaba siempre a través de segundas manos y solía mantener un perfil muy bajo. Con los años, Migueladas se convirtió en la gran figura en la sombra del crimen organizado en Michoacán.
“Cuando en agosto de 2019 un video mostró a un grupo de militares de la 5ª compañía de infantería que eran rodeados, acorralados, despojados de sus armas y vejados por supuestos “pobladores”, personal de inteligencia militar identificó entre estos a Gaudencio Lozano y Bulmaro Arzate, dos operadores y gatilleros al servicio de Migueladas.
“En una nota sobre las extorsiones en Michoacán que El Universal publicó en su portada la semana pasada, un grupo de empresarios, productores, empacadores y comerciantes mencionaron nuevamente a Migueladas como líder de uno de los grupos criminales que hoy los tienen en el puño.
“La impunidad de este jefe criminal se ha mantenido intacta a lo largo del sexenio y ha alcanzado una nueva cresta durante el gobierno del morenista Alfredo Ramírez Bedolla.
“La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó que en las elecciones de 2021, que llevaron al poder a Ramírez Bedolla, grupos de la delincuencia desataron un contexto de violencia generalizada, amenazando a funcionarios de casilla, representantes de partidos, y al electorado en general, precisamente en los municipios dominados por Migueladas. De hecho, se declaró la nulidad de la elección en varios municipios.
“Ramírez Bedolla obtuvo el 71.6% de sus votos en Apatzingán, Huetamo, Lázaro Cárdenas y Uruapan.
“El verdadero ganador de las elecciones en Michoacán fue Migueladas”, denuncian los productores. “Ganó Migueladas y, en medio de sus compromisos con los grupos, el gobernador se ha vuelto un fantasma”.