Fernando Pérez/Portal Hidalgo
Quemas de vehículos, ataques contra negocios y balaceras, fue lo que vivió Michoacán al registrar uno de los fines de semana más violentos en años recientes.
El sábado pasado, en el municipio de Gabriel Zamora, las alarmas se encendieron con el reporte de balaceras en la zona boscosa de la localidad de Charapendo y la carretera Uruapan-Lombardía.
El intercambio de disparos provocó cierres carreteros y zozobra por parte de la ciudadanía, la cual registró este hecho en videos que circulan en redes sociales y que dan cuenta del sonido de las fuertes ráfagas de las armas de fuego y la movilización policiaca.
La violencia se extendió el domingo con el incendio de al menos 3 vehículos en Buenavista, provocando que se obstruyera el libre tránsito a través de este punto de la Tierra Caliente.
Horas después, en Apatzingán ocurrieron enfrentamientos de varias zonas de dicho municipio, además de cierres carreteros y la quema con bombas molotov de tiendas OXXO.
Simultáneamente, en Uruapan, sujetos armados incendiaron vehículos y atacaron negocios, obligando a que muchas tiendas cerraran sus cortinas, incluidos los negocios del centro comercial Ágora.
Así, Michoacán vivió un fin de semana bajo fuego, cubriendo a la Tierra Caliente con hechos violentos e inseguridad.
Mientras esto ocurre, el gobernador morenista Alfredo Ramírez Bedolla, centra su atención en promover a sus corcholatas al senado y la presidencia municipal, en tanto más de 30 millones de pesos en un acto partidista donde el acarreo, la miseria y el dispendio se conjugaron.