Terror e ingobernabilidad en Michoacán
José Cruz Delgado
Mientras que el gobernador morenista Alfredo Ramírez Bedolla y su corcholata Carlos Torres Piña, con cinismo presumieron en los foros electorales “Juntos Reconstruimos Michoacán”, que más que nada fueron para promover la candidatura rumbo al senado del secretario de gobierno, que hoy hay gobernabilidad y estabilidad, siguen los enfrentamientos, bloqueos carreteros, quemas de vehículos y ejecuciones.
Mire usted, hay pánico entre los trabajadores del volante de Apatzingán y Uruapan por los ataques violentos de que están siendo objeto de parte de manos criminales.
En Apatzingán se han registrado al menos seis ejecuciones de trabajadores del volante en menos de un mes, lo que los orilló a reducir su jornada de trabajo, mientras que en Uruapan también hay temor entre el gremio transportista, pues se han reportado quemas de unidades y ataques mortales contra trabajadores del volante por parte de la delincuencia.
Estos hechos son calificados como actos terroristas, al igual que los registrados en el municipio de Apatzingán que ha sido blanco de ataques con drones cargados con explosivos.
Ramírez Bedolla, Torres Piña y César Erwin Sánchez Coria, este último titular del fallido Fortapaz “Fondo para el Fortalecimiento por la Paz” juran y perjuran que hay tranquilidad y gobernabilidad, que se tenía desde hace muchos años, pero los hechos dicen todo lo contrario, pues la violencia se agudizó con la llegada de Morena al poder.
Pero con falsedades los tres Pinochos nos quieren ver la cara de tarugos, pero sus mentiras no engañan ni a un niño, aunque presuman buenos resultados la realidad es otra, y para muestra están los enfrentamientos registrados el lunes en la comunidad Presa del Rosario, del municipio de Apatzingán, dónde fueron emboscados los policías municipales ignorándose hasta el momento si hubo bajas de un bando o de otro, pues de eso nada informa el gobernador.
Otros ex gobernadores tenían el valor de salir ante los medios de comunicación y daban la cara, pero Ramírez Bedolla es un cobarde que echa la culpa a las administraciones pasadas de su fracaso en materia de seguridad.
La semana pasada, dos agentes de la Policía de Apatzingán fueron ejecutados con unas horas de diferencia, lo que hizo darse de baja a otros uniformados por temor a ser objetivos del crimen organizado.
Y por si fuera poco, presuntos delincuentes realizaron bloqueos y se enfrentaron a balazos en la autopista México-Guadalajara, a la altura de Zinapécuaro que dejó al menos cuatro muertos.
¿Esa es la gobernabilidad que tanto presumen los payasos Alfredo Ramírez Bedolla, Carlos Torres Piña, José Alfredo Ortega Reyes y Sánchez Coria?
Si tuvieran una poquita de vergüenza ya hubieran dejado el cargo.
TIENE RAZÓN FRANCISCO HUACUZ
Cuánta razón tiene el diputado federal perredista Francisco Huacuz Esquivel, al asegurar que tras la reciente desarticulación de Pueblos Unidos el crimen organizado se reagrupa en municipios de Tierra Caliente y la Costa de Michoacán.
También dice que en Michoacán existe una situación complicada en materia de seguridad que el gobierno actual no ha querido resolver de fondo, ya que cuando acude a las demarcaciones antes mencionadas los pobladores expresan su preocupación, mientras que los propios alcaldes, confirman que sí existe este escenario violento.
También aseguró que continúa el cobro de cuotas en muchas regiones de la entidad por parte de diferentes células delictivas que están asolando a la población, mientras que el inútil de Ramírez Bedolla dijo que a tres meses de la entrada en vigor la reforma antiextorsión, ya da resultados en el combate a este delito.
¡Una vil mentira!
Huacuz ha tenido los pantalones para denunciar públicamente el grave problema de la inseguridad que priva en el estado de Michoacán, algo que no tiene el gobernador y que le vale madre.
El cínico del gobernador evade su responsabilidad culpando a gobiernos pasados.