¿Muy demócratas?
Jamás he hecho negocio con la política.
De hecho, he perdido dinero.
Silvio Berlusconi
Arturo Suárez Ramírez/@arturosuarez
La comunicación y los medios son fundamental para las democracias, por eso se enseña en las universidades, historia de los medios, comunicación política, modelos comunicativos y otras materias que dan cuenta de esa relación y de lo fundamental que resulta la interacción de los políticos con la ciudadanía, de quien gobierna con sus gobernados, en las democracias modernas no se pichicatea ni un ápice las libertades, ni siquiera en nombre de una transformación como en el caso de México.
En estos últimos años he dedicado varias columnas, comentarios en radio y televisión, así como en redes sociales sobre la política de comunicación de López Obrador y su 4T. Cuando llegaron a Palacio Nacional y se anunciaron las mañaneras me pareció un ejercicio formidable, no es que los anteriores no lo hicieran, pero no era cotidiano que los reporteros le preguntaran al mandatario, aunque la decepción también llegó a esa área.
Jesús Ramírez Cuevas fue el encargado de armar la estrategia mediática, para eso se hizo a un lado a César Yáñez quien acompañó a López durante las tres campañas y al final la ingratitud del tabasqueño lo relegó.
Así el vocero se creó a sus youtubers, generó medios, caricaturizó el trabajo periódico encarnado en un sujeto con un moño ridículo, la misión ponerle preguntas para que el presidente pueda batear a gusto, golpear a los críticos y leer preguntas sembradas. A los reporteros de verdad se les relegó, se les castiga y pocos son los que han aguantado.
Qué decir de los moneros sin dignidad que se tendieron a los pies del mandatario, que fueron capaces de acusar a los padres de niños con cáncer de golpistas y lavarle la cara a Hugo López Gatell, se convirtieron en lo que tanto criticaban. Lo mismo sucedió con quien ahorcó a Notimex, el que dirige la radio y televisión del Estado que antes de que López llegara a la presidencia habían sido combativos y hasta respetados.
Otros se rebajaron a pedir publicidad en la mañanera y hasta un consulado le tocó. Aquello de las libertades y “prohibido prohibir” sólo queda en el discurso de los que se dicen de izquierda y humanistas. Parece que no entendieron que eran gobernantes de todos los mexicanos y no solo de sus 30 millones de votantes, que a estas alturas deben ser menos por los arrepentidos.
La primera pifia de la vocería fue aquella lista de “chayoteros” que se dio a conocer los primeros meses de esta administración, se puso en la picota a quienes habían recibido CONTRATOS DE PUBLICIDAD, ni eso del chayote entendieron.
El desaparecido Ricardo Rocha se apersonó en la mañanera para aclarar que se trataba de un contrato para una empresa de su hijo que por cierto es seguidor de López, pero se trataba de aplicar lo que tanto pregona el Pejelagarto calumnia que algo ha de quedar, desde entonces se dan los ataques sistemáticos desde Palacio Nacional que se replican por los imitadores de López Obrador, algunos gobernadores, legisladores y dirigentes morenos.
Ahora en pleno proceso para que Morena determine quién será su candidato muestran su intolerancia, su limitación en aquello de solo dar entrevistas a medios afines, eso no abona a la democracia y hace traslúcido que no es Mario Delgado, ni Citlali Hernández u otro de la dirigencia los que ordenaron eso porque se parece a la política de comunicación que maneja Jesús Ramírez Cuevas y que es ordenada por su jefe.
Ojalá que las “corcholatas” se quiten la camisa de fuerza, se abran a todos los medios, es importante que la ciudadanía conozca sus propuestas, se sometan al debate, aunque sea un proceso interno y jueguen al filo de la ley electoral o simplemente no le guste al presidente… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
De nuevo fallas en el metro, ahora en la línea 9, esa es la ciudad que nos deja Claudia Sheinbaum.
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Hasta la próxima.