LA COSTUMBRE DEL PODER
Gregorio Ortega Molina
*Las consecuencias de lo que se anticipa como un futuro posible, pero no deseable, recaen directamente sobre la oposición, que se muestra pequeña y taimada, y porque se niega a perder la costumbre de ser conducida por voluntades, por seres humanos, y no por ideas
Gregorio Ortega Molina
El animal que mejor se adapta a las condiciones que requieren ingenio y paciencia para preservar la vida, es el humano. La sevicia de unos sobre otros, es narrada a lo largo de la historia (quizá el más negro de los escenarios fue el Holocausto y sus características sicológicas). Hoy atestiguamos lo que hacen en nuestro entorno, y sumisos agachamos la cabeza. El premio es continuar respirando.
Se vienen en montón 12 meses de horror; para imponer la voluntad de Andrés Manuel López Obrador, y ensordecernos con el ruido de las botas castrenses, proceden con los pasos contados. Necesitan, con urgencia, que veamos la militarización como algo natural, y consideremos la dictadura como un mal necesario.
En aduanas, puertos y aeropuertos están los militares presentes. En carreteras, pero para que lo consideremos como parte de nuestra cotidianidad, primero metieron al Metro a la Guardia Nacional uniformada, hasta que consideraron que fue suficiente. El siguiente paso fue la expropiación de Ferromex, con gala de fuerza innecesaria, tan solo como para demostrar quién es el señor del gran poder.
Sólo un error semántico que pronto fue acallado. Nada de expropiación, tan solo una ocupación temporal, pero en el ámbito internacional de negocios se prendieron las luces rojas por aquello de la seguridad jurídica. ¿Cómo invertir en un país, donde el gobierno puede expropiarte? Consideraron, los estrategas de AMLO, que el costo será mínimo, porque la ganancia pudiera ser el premio mayor: CitiBanamex (el tema merita texto propio).
El siguiente paso puede predecirse: los militares en todas y cada una de las casillas electorales, lo mismo para asegurar orden y tranquilidad, que para intimidar. De igual manera el patrón, el hacendado, supervisó el voto de sus peones y empleados. Ha de hacerse la voluntad del dueño de la actual tienda de raya. Todo plástico del Bienestar, requiere de un voto como contraprestación.
Las consecuencias de lo que se anticipa como un futuro posible, pero no deseable, recaen directamente sobre la oposición, que se muestra pequeña y taimada, y porque se niega a perder la costumbre de ser conducida por voluntades, por seres humanos, y no por ideas. Ya atestiguamos lo que tardaron en reconocer que los cinco cadáveres de Nuevo Laredo se deben a un ajusticiamiento extra judicial perpetrado por militares.
Han sido incapaces de alumbrar un proyecto de nación que conduzca a la reforma constitucional del Poder Ejecutivo, concretamente la institución presidencial. Es la reforma del Estado, pues.
La sucesión en Morena, en el puño del señor
Marcelo Ebrard, que anunció su salida del gabinete presidencial y el final de su disfunción como Canciller del gobierno del cambio, tiene la certeza de que el monto de sus aportaciones -a lo largo de años- al “movimiento”, y su obsecuencia con los caprichos de su señor, le abrirán las puertas a tan anhelado deseo: asentar sus posaderas en la silla del águila.
Nada aprendió de su sensei Manuel Camacho Solís, porque ambos cumplieron cabalmente con la conseja de los viejos y olvidados políticos: mimetismo. Quien mejor demostró que ser copión dejó de funcionar, fue Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, aunque tuvo la ventaja de enfrentarse al neófito Vicente Fox Quesada.
Habrá que revisar la participación de Alfonso Durazo Montaño en esa sucesión, como lo que hizo y cómo procedió después de la ejecución política de Luis Donaldo Colosio. Recomiendo releer su carta de renuncia como secretario particular de Vicente Fox, no tiene desperdicio.
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