Acróstico de la verdad Luis Repper Jaramillo
lrepperjaramillo@yahoo.com
Despreciable, no digna de aprecio o estimación. Moralmente merece ser despreciada
Embaucadora, engañadora de personas para sacarles mal provecho, timándola por miedo
Ladrona, que hurta y roba
Felona, comete traición o actos desleales en contra de alguien
Inmoral, sujeta que contraviene las normas de lo moral… ¡y sabe que lo hace!
Nefasta, causa desgracias o se acompaña de ellas
Aberrante, se aparta de lo correcto, natural o lícito
Gómez Álvarez.
Con este acróstico se define perfectamente el ADN, personalidad, carisma, éticas, moral, de quien arrastra una cauda de perversión, vilezas, corrupción, desde el mismo instante de su nacimiento –porque lo trae en la sangre-.
La tranza es su “yo interno”. Sacar ventaja, aprovechándose de su posición política, administrativa, gubernamental, oficial, es despreciar la inteligencia, capacidad, integridad, dignidad de sus víctimas, regularmente empleados suyos (burócratas, chairos, honorarios, pasantes, etc.) de quienes se aprovecha para cobrar “diezmo” o “entres” para la causa (de López Obrador o propia), explotando (en el significado más infame) para obtener dinero lícito (de la nómina o quincena del trabajador), que en sus manos prostituye.
Me refiero, desde luego, a la ahora aspirante por Morena a la gubernatura del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez (fina para estafar), cuyo pasado y presente está cargado de robo, estafa, engaños, fraude, despojo (privación de lo que una persona tiene –sueldo- generalmente con violencia, intimidación –diezmo-).
Reina de Texcoco -bajo el patriarcado y decisiones de su padrino político Higinio Martínez- la Gómez administró el territorio de 2013 a 2015, en donde hizo lo que quiso (estafar, robar, diezmar) quitando –vía nómina- a 550 empleados del municipio, el 10 por ciento de su salario, bajo la estafa de integrarlos al FONACOT, pero se detectó que dicho Fondo y la Alcaldía texcocana jamás tuvieron, menos firmaron un convenio para beneficio de los trabajadores.
Esta artimaña, le permitió a la Gómez “recaudar” (ilegalmente), timar, atesorar “para la causa” 13 millones 800 mil pesos, que fueron destinados a Morena, López Obrador, Delfina para sus campañas electoreras –de los cuales hoy la “rata inmunda” gasta en su periplo campañero, con la bendición, guía, subvención de Andrés Manuel López Obrador, Mario Delgado, Claudia Sheinbaum y todo lo que hiede a la Transformación de 4ª, Morena y el Peje.
Como decía al principio, la fina para estafar, trae los desfalcos, fraudes y esquilmos en la sangre.
En su gestión en Texcoco, puso como titular del DIF Municipal, a su hermano Alejandro Gómez Álvarez (al fin de la misma sangre) quien procedió con la misma línea del hurto, pues el “infame carnal”, despojó, vía nómina del DIF, a 78 empleados con la misma cantidad de “descuento”: 10 por ciento de su sueldo, que ipso facto canalizaba a la oficina de su Jefa, hermana, cómplice, compinche. La tranza corre por las venas de los Gómez Álvarez.
Pero, ¿qué creen? Delfina (la fina para robar) la volvió a hacer. Sí. No satisfecha con las tropelías en Texcoco, como premio por su “hazaña” el loco de Palacio, la jaló al gabinete legal, nombrándola Secretaria de Educación Pública (SEP) por un lapso de 18 meses, del 16 de febrero de 2021 al 1 de septiembre de 2022, para ella, tiempo suficiente para hurtar dinero, ¡faltaba más, faltaba menos!
Cuando deja el “cargo” de inmediato la Auditoria Superior de la Federación (que depende de la Cámara de Diputados) auditó la estancia de la estafadora y detectó irregularidades por 830 millones de pesos, de acuerdo al Informe “Subsidios Federales para Organismos Descentralizados Federales 2021” que 2 años después Delfina Gómez (la fina para estafar), no ha justificado, facturado, demostrado o devuelto (por ser dinero público) a la hacienda del país.
La ASF descubrió que esos 830 millones se esfumaron. Se fueron, según los auditores, a pagos excedentes de salarios (inflados), prestaciones y estímulos no autorizados. Bienes adquiridos no localizados… ¡vamos!, se descubrió que la Gómez autorizó nóminas (quincenas) a trabajadores muertos. ¿Qué tal?
Sin ser detective, ilusionista, mal pensado, adivinador, etc. esos 830 millones de pesos estafados a la SEP de Delfina Gómez, son gastados en la campaña electorera a la gubernatura mexiquense, pues no se explica o entiende, tantos actos multitudinarios, acarreos, entrevistas de radio, televisión, redes sociales “a modo”. Toda la parafernalia de montaje de templetes, pancartas, publicidad estática, vinilonas en miles y miles de hogares, monumentales en edificios, condominios, paredes, pasos a desnivel peatonal y vehicular, consumibles (gorras, camisetas, chalecos, banderines, lonches, transporte, dron, etc.) que ni Morena mexiquense, municipales o federal pagan. Como diría el propio López Obrador ¡¡quien pompo, ¡Delfina, quien pompo!! Aah, Texcoco y la SEP, Andrés.
Pero aún hay más linduras de Delfina (la fina para defraudar), al frente de la SEP, la encargada de las auditorias federales, con sede en San Lázaro, formuló observaciones a la gestión de la texcocana por 148 millones 700 mil pesos hacia escuelas y universidades públicas que dependen de Educación Pública, como la Universidad “Fidel Velázquez” que no comprueba 44.4 millones de pesos o el Tecnológico de la Selva, por 22 millones. Por el estilo la Universidad Politécnica de Pachuca o la Tecnológica de Ciudad Juárez.
Otros datos que los seguidores, afines, botts, chairos, acarreados, centaveados, delfineros deben conocer para autoevaluar lo moral, ético, probidad, prestines (de las que carece) de su “candidata” que pone entre dicho su honorabilidad y profesionalismo político.
Entre los atributos de que goza Delfina (fina para hurtar) está esta sinrazón: luego de robar a trabadores del Ayuntamiento y del DIF Texcoco, (en complicidad con su hermano Alejandro) 13 millones 800 mil pesos, la Gómez tuvo el descaro, sí, la desvergüenza de auto autorizarse una indemnización o finiquito por la conclusión de su encargo como presidenta municipal (2015) de 437 mil 470 pesos.
Preciso: el 16 de septiembre de ese año se autopagó (ella autorizaba, firmaba los cheques del gobierno) 217 mil 279 pesos como gratificación extraordinaria. Insaciable, el 31 de marzo 2015 se autorizó 220 mil 191 pesos brutos como finiquito laboral. ¡Como si lo mereciera! luego de timar a sus colaboradores. Infame.
Cuando fungió como maestra de grupo fue militante, simpatizante, aliada de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE.
En funciones como alcaldesa de Texcoco, la fina para la tranza, se quedaba con despensas alimentarias para mujeres del municipio. Desvió millones de pesos del Fondo de Ahorro de los Trabajadores a una cuenta bancaria de su padrino político (el poder tras el trono en Texcoco) Higinio Martínez, quien ahora, es el Coordinador General de la Campaña a gobernadora por el Estado de México (fina para mentir)
Sólo imaginen, si en Texcoco realizó todo lo expuesto, la tranza se frota las manos, porque la entidad mexiquense tiene 125 municipios (en donde acostumbra hurtar), ¡son 125 alcaldías! Un tesoro para la fina (para recaudar a la causa de YSQ). Tiene una población de 16 millones 992 mil 418 habitantes (INEGI 2022), y su Padrón Electoral (lo quiere López Obrador para el 24) es de 12 millones 428 mil ciudadanos. Por eso echan todo el poder del Estado: gobernación, “corcholatas”, dinero, millones de pesos, logística, estructura federal, medios de comunicación afines a la T4a, botts, chairos, alcaldes morenistas en el Estado, obras (Central Avionera Felipe Ángeles), Tren Interurbano México/Toluca, vías de acceso inconclusas de acceso al AIFA.
Con todo lo anterior y la bajeza moral, ética, profesional, impunidad y miseria humana de que goza la Gómez, se atrevió a aceptar la imposición de López Obrador para abanderar Morena hacia el Estadio de México, ¡qué despropósito!
No imagino como Delfina Gómez puede sentarse a la mesa frente a sus hijos y marido a probar alimentos, sabedores y sabiendo que vox populi rechaza y señala con dedo flamígero a la rata, tranza, inmoral, desvergonzada ex alcaldesa de Texcoco que hurtó dinero a sus empleados (13 millones 800 mil pesos) y la SEP con 830 millones. ¿Qué sentirá su familia?
Cuando menos Horror y desilusión. ¿y de su tío Alejandro?… lo mismo
*Colaborador de los Grupos Editoriales Digitales aldeadigital.mx, bajosello.org, agencialibertad.com, elinfluyente.mx, endirecto.mx, lagacetametropolitana.com.mx