Narrativa en la Línea 3 del Metro
Christián Gutiérrez*
El fin de semana sucedió una nueva tragedia en el metro de la Cd. de México. De nuevo chocaron vagones, dejando un muerto y más de un centenar de heridos. Ahora fue la Línea 3 del Metro capitalino, como hace algunos meses fue la Línea 12, que resultó ser una mayor catástrofe.
En ambos hechos lamentables se aprecian dos cosas: corrupción e indolencia de parte de la gobernadora Claudia Sheinbaum.
Corrupción, alimentada por la impunidad que se presenta en el tema del Metro, un día sí y otro también. ¿Qué paso de relevante con la catástrofe de la Línea 12? No pasó nada. La gobernadora sigue gobernando y solo funcionarios menores fueron cesados. Este ejemplo de impunidad se reproduce y genera más corrupción.
Por eso, tampoco pasará mayor cosa en la tragedia de la Línea 3; Claudia Sheinbaum seguirá en su cargo, y el tema de la visita del Presidente norteamericano a México Joe Biden, hará de foco de atención que provocará el olvido, en términos generales, de la Línea 3 del Metro.
En esencia, legalmente no habrá consecuencias para las autoridades capitalinas encumbradas que se muestran corruptas e indolentes con la administración del Metro y con la vida de las personas que requieren todos los días del servicio de transporte público.
De hecho, esta indolencia criminal hacia los más necesitados no debería sorprendernos. La semana pasada, López Obrador dijo en una de sus mañaneras que: “ayudarles a los pobres, no es una cuestión personal, sino parte de una estrategia política”. Por ello no debería extrañar que los más pobres, los que más necesitan un pequeño empujón para salir adelante, sean esa carne de cañón que puede “eliminarse”, si eso garantiza la continuidad política del presidente Obrador y de su grupo político.
Desde luego, esta conducta criminal alcanza a la gobernadora de la Cd. de México y a los gobernantes de Morena, solo habría que esperar tragedias similares en sus territorios para apreciar la indolencia de estos políticos.
¿Y entonces, Claudia Sheinbaum se saldrá con la suya y seguirá aspirando a ser candidata presidencial por su partido? Me parece que sí, aunque en contra podría tener a una oposición férrea con una narrativa interesante y efectiva para bajar sus bonos electorales.
¿Cómo hacerle? Una historia tiene maneras para narrarse bien y en esto está la clave de persuasión. Si la oposición a Obrador se entretiene en las redes sociales solo criminalizando a Sheinbaum por la tragedia y exigiéndole que renuncie, les servirá de muy poco.
Una historia tiene elementos claves para ser más efectiva, por ejemplo: un héroe y un villano, un guía, problemas y un plan para resolver los problemas. De hecho, los problemas son de distinto tipo y la forma de narración importa muchísimo. Narrar adecuadamente una historia es una técnica precisa, no complicada, cuando se tienen claros los elementos que ya señalé.
En realidad, se inicia con algo tan básico como imprescindible: se debe definir quién es el héroe de la historia. Por supuesto, que ese héroe no son los partidos o los políticos opositores, como tampoco los integrantes de la sociedad civil opositora a Obrador. No lo son.
El héroe de toda historia, es el ciudadano que en todo caso elegiría nuestra marca.
La oposición tiene muchísimo trabajo para conectar con los votantes, haciendo una historia estratégica y ese es su mayor reto.
*El autor es consultor, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.