Michoacán, paraíso de la delincuencia, como un “no me ayudes compadre”, a Adán Augusto
Jorge Hidalgo Lugo
En el momento menos propicio para Michoacán y lo que sufren sus habitantes bajo el sometimiento que ejercen los grupos criminales que se han apoderado del territorio estatal, llegó la declaración de César Augusto López, secretario de Gobernación, quien sin tapujo alguno lo metió en la terna de ser una de las entidades que se han convertido “en un paraíso de la delincuencia”.
Esto además a unas horas que comenzara a circular la última medición de Mitofsky correspondiente a septiembre, donde Alfredo Ramírez Bedolla ocupa el sitio 31 de 32 en aceptación de sus gobernados, sólo por arriba de David Monreal Ávila, de Zacatecas y cayendo un peldaño más en comparación al ejercicio realizado en agosto pasado también por esta casa encuestadora.
Más aún que en la estadística nacional, muy a pesar de los mensajes oficiales, Michoacán ocupa los primeros sitios en el “ejecutómetro” y cuyas cifras en el día a día, desdibujan las cuentas alegres con que se busca convencer que esta incidencia va a la baja y que las estratagemas planteadas, dan el resultado que de ser ciertos, nadie tendría que escamotearle al mandatario michoacano, mucho menos el jefe del gabinete federal.
La declaración del que se dice es consanguíneo del mismísimo Andrés Manuel López Obrador, pudo dejar de lado a Michoacán y en todo caso invocar a Zacatecas, si lo que se trataba es “equitativamente” repartir culpabilidades en entidades de distintos origen partidistas, como son a saber de Acción Nacional, Movimiento Ciudadano y Morena, toda vez que incluyó también en esa triada a Guanajuato y Jalisco.
Pero no fue así y esto obliga al análisis serio porque en política, la forma es fondo como citaba el maestro Jesús Reyes Heroles y entonces toma otra connotación, si a este lance agregamos que horas antes por igual un grupo de senadores de Morena, por primera vez en un año, fue recibido por Ramírez Bedolla y donde según trascendidos, no le fue del todo bien en los reclamos vertidos por Blanca Piña Gudiño y Casimiro Méndez Ortiz, particularmente a diferencia de Cristóbal Arias Solís, quien se manejó con extremada cautela.
Los informes de esa reunión fueron en el sentido de no estar de acuerdo en las políticas públicas instrumentadas y que tienen a Morena y al propio López Obrador muy mal calificados en Michoacán, además del pleito intestino que guardan miembros de su administración con morenistas locales a quienes han desplazado en el reparto de posiciones dentro del gabinete.
Y si es que resulta cierto que hay muchos de los malquerientes del bedollismo en las filas de Morena que se dedican a llevar las malas nuevas al Bunker donde despacha Adán Augusto, bien podrían haber encontrado mayores elementos para abonar a la soterrada tarea de minar credibilidad y confianza en alguien a quien hasta no hace más de un año, todos consideraban de las absolutas confianzas de López Obrador y que hoy sufre un distanciamiento marcado por instrucciones del propio huésped de Palacio Nacional, según versiones de algunos morenistas.
El hecho toma también relevancia, porque lo dicho por Adán Augusto López puede considerarse una revancha intestina toda vez que Ramírez Bedolla y sus principales allegados, hacen abierta labor a favor de la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum y como quiera que sea el tabasqueño tiene su corazoncito y siente tener posibilidades. una vez que forma parte de las corcholatas destapadas por el mesías tropical.
En todo caso, lo que acontece debe prender las señales de alerta al equipo comandado por Ramírez Bedolla y escrudiñar para saber dónde reside el problema porque a un año de distancia, no logra posicionarse entre los michoacanos como un gobernante capaz de sacar a flote la encomienda que le cayó de manera inesperada, pero que ya ubicado en el mandato, es obligada la entrega de buenos resultados.
Los cercanos al mandatario michoacano lo siguen considerando una gente “de buena fe”, “bien intencionado”, “honorable”, que busca “desterrar vicios en el manejo de los recursos públicos” y que apuesta a ser émulo en todo lo posible de su pastor de origen macuspano, pero en el terreno de los hechos algo está faltando, hay quienes no funcionan y debe darse tiempo para la reflexión hasta encontrar en que parte flaquea el equilibrio entre la “buena intención” y la cruel y lacerante realidad.
Ramírez Bedolla no debe tomar a la ligera tener como adversario a Adán Augusto López Hernández, pues es el principal filtro que conduce a Palacio Nacional y si lo toma como consigna, el paisano presidencial tiene armas de suyo poderosas con que acabar el incipiente mandato del michoacano y dedicarle próximos ataques mediáticos, con o sin razón, abierta o de manera soterrada.
De no consolidarse el proyecto personal del Secretario de Gobernación, sin duda alguna terminará el sexenio en esa posición y por ende, la amenaza de no dejar continuar a Ramírez Bedolla una vez cumplido el segundo año de su gestión, para operar un “relevo” como se alienta desde la disidencia morenista y no haya obligación legal de convocar a elecciones extraordinarias.
Y eso pasa por la entrega de resultados, no de excusas ni salidas mediáticas, lo que parecieran no entender quienes han encapsulado al nicolaita “de buena fe”, principal interesado en estar alerta y más que avispado, porque es su cabeza la que puede rodar en la guillotina activada desde la vieja casona de Bucareli, cerca del corazón periodístico de la Ciudad de México.
Augusto López, declaró que cuando la oposición maneja los términos de “baños de sangre”, lo primero que le viene a la mente son Guanajuato y Jalisco, gobernados por el PAN y Movimiento Ciudadano, respectivamente, así como Michoacán, que es gobernado por Morena, entidades que se han convertido en un “paraíso” de la delincuencia.
-“Cuando se manejan estos términos de ‘baños de sangre’, ¿qué es lo primero que le llega a la mente, secretario?”, se le cuestionó.
-“Guanajuato, Jalisco, Michoacán, que están hoy convertidos en el paraíso de la incidencia delictiva, y es nuestro compromiso que esto no siga sucediendo, y ayudar a los gobiernos de sus Estados a reducir los índices delictivos”, respondió.
Las palabras que pueden sonar a advertencia, reconvenir o simple distractor, pero que en el contexto de Michoacán, portan una alta carga de intencionalidad político-partidista.
Ahora sólo queda saber si lo entiende el aludido o deja que sus gurús políticos y de (in)comunicación social lo sigan llevando al cadalso, como ha sido hasta ahora a 13 meses de su errático mandato.
Vale…