El PRI de Amlito, mal remedo de Mesalina, desplazará al Verde y PT del afecto obradorista
Jorge Hidalgo Lugo
Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como “Amlito” es el nombre del traidor que será indignamente recordado por haber puesto al borde del precipicio a México y entregado al país a la tiranía socarrona que se ufana de invencible desde Palacio Nacional.
El que se vende como dirigente nacional del cascajo que aún queda del PRI, a cambio de su deslealtad no sólo libró un eventual desafuero que estaba en ciernes y ser procesado por diversos delitos, sino además metió en la dinámica de decepción, desencanto general, a los mexicanos de bien que confiaron su voto al bloque opositor en búsqueda de contener los atropellos de Morena y sus cómplices del Verde Ecologista y Partido del Trabajo, hoy en riesgo de ser desechados por no servir más a los obsesivos afanes de la presidencia imperial.
La felonía cometida por el juguete de reciente adquisición, la nueva mascota que luce en su circo mañanero Andrés Manuel López Obrador, como un aliado de invaluable aportación a sus ambiciones de poder, no quedará sólo en el tema de la militarización del país que ahora parece inevitable, sino tiene otros alcances que se perfilan una vez desahogado en el Congreso de la Unión, el nuevo embate para derrumbar los últimos bastiones de democracia que existen, con la desaparición del Instituto Nacional Electoral vía reforma política.
López Obrador resopla satisfecho su logro autoritario y a cambio de la impunidad que otorgó al “descarriado” Amlito Moreno quien regresó al redil de ovejas de la 4T, también extendió su manto protector a Rubén Moreira Valdés, quien así en libertad, podrá padecer el segundo episodio de un combate que libra contra el cáncer de próstata.
Ambiciones personales, negociaciones de impunidad a cambio de vender causas ajenas y un país que se despedaza a pasos agigantados con un gobierno fallido, obsesivo pero inoperante, es lo que está en el escenario donde ciertos actores de la oposición, como los dirigentes nacionales del PAN y PRD, aparecen cual liebres lampareadas, incapaces de fijar agenda y mucho menos dar certeza a sus seguidores sobre una salida de emergencia por donde evitar la extinción total de lo que alguna vez representaron en la vida partidista del México de hoy.
El lance canallesco e ignominioso de Amlito Moreno trajo así un efecto letal para quienes pretendieron organizar a la sociedad sin partido, pero gravemente agredida por López Obrador, para cerrarle el paso y no permitir que continuara la destrucción del país y sus instituciones. Ahora el juego perverso va viento en popa, no tiene coto, ni alguien que pueda detener al moderno Nerón versión Macuspana.
Ocioso saber que de forma “desesperada” se registró una reunión con el Judas de Campeche y los dirigentes Marko Cortés y Jesús Zambrano, del PAN y PRD, exigieron una explicación por la prostituida acción del priista y le reclamaron para que diera marcha atrás en lo que ya había pactado con quien le regresó al paraíso pejista y perdonó todos sus pecados veniales.
Lo que ahora sigue es ver cómo se van a despedazar los enanos del tapanco que creyeron gozarían eternamente del apapacho obradorista ante la nueva Mesalina que llega con ropajes color bandera nacional, pues ahora los que llevarán mano en la conformación del PRI-MOR son los engendros que seguirán el camino del traidor Amlito y querrán vender al mejor postor sus favores carnales, por encima del Verde Ecologista y Partido del Trabajo, que serán desbancados en el rango de preferencias dentro del concubinato presidencial que venían viviendo con el vecino del zócalo capitalino.
La extorsión ejercida contra Amlito y Moreira dan frutos, ahora sólo falta saber si todos los militantes y cuadros que aún quedan el PRI están dispuestos a aceptar la traición y también respaldar que haya vendido la causa del partido por salvar la zalea o bien se rebelan y rescatan, aunque sea, los despojos del otrora invencible.
De esto buena responsabilidad tendrán pronto los senadores del PRI quienes deberán definir si votan en contra de la reforma de Yolanda de la Torre, para que no alcance mayoría calificada y sea rechazada, comenzando con ello la recuperación del partido que parecieran olvidar, nadie puso en venta y tampoco que fuera el corrupto rescatado por López Obrador, quien lo comprara con todo y militancia incluida.
En tanto esto acontece, los floreros tiemblan en busca de no perder los afectos del autócrata tan proclive a cambiar de opinión, como él mismo lo ha reconocido en los últimos días para dar validez a la militarización del país, tema al que antaño, en sus tiempos de opositor incendiario, satanizó y combatió con desquiciamiento hoy olvidado, como una muestra más de las promesas incumplidas que se agolpan en el clóset de la ignominia, testigo lúgubre en su alcoba del palacio virreinal.
Vale…